miércoles, agosto 29, 2007

Miguel Escudero, Enigmas de Rojas

Enigmas de Rojas
30.08.2007 -
MIGUEL ESCUDERO

Un enigma es un sentido oculto que convida a ser descubierto. Es una palabra de origen latino que, a su vez, procede del griego y que significaba 'frase equívoca u oscura'. Pues bien, Carlos Rojas ha publicado poco antes de comenzar el verano 'El enigma de La Vie', una excelente novela; creo que es la más completa y madura de las suyas y podría catalogarse, al modo unamuniano, como nívola histórica. Rojas reparte su vida entre España y Estados Unidos, donde es profesor emérito de Literatura española en la Universidad de Emory. Asimismo es artista y acaba de exponer en Barcelona una serie de 'collages' titulados 'Noche oscura del alma' y 'Shakespeareana'. Sus saberes son enormes e inopinados y los vive con asombrosa intensidad y detalle. A menudo necesita recrearlos no sólo en conversación, sino en forma de novela. 'La Vie' es un gigantesco óleo que Picasso pintó en 1903 y que se exhibe en el Museo de Cleveland. Es visto como réplica y complemento de 'Paradis retrouvé', pequeña obra maestra de Casagemas, un pintor amigo de 'El Monstruo' que se suicidó dos años antes, cuando contaba tan sólo veinte años de edad. Carlos Rojas narra con amenidad y escrupuloso rigor histórico acerca de los modelos de ese cuadro que nunca posaron para el original, pero lo hace también con desbocada imaginación.Especialmente interesante para el lector es asistir a la narración de Rojas. Envolviendo sus sentidos en cajas chinas o en muñecas rusas, el autor ensaya diversos géneros literarios y proyecta con magia luces y sombras, voces y ecos, realidades y ensueños sobre personajes que resultan hermanados o comparados con otras celebridades. Para el lector es un ejercicio entretenido, le permite divertirse, seguir unas intrigas y ampliar su conocimiento de los mundos artístico y literario. De hecho, de estas páginas surge un jardín de nombres que se muestra en un atlas desplegado para el disfrute de una minoría cultivada. Son increíbles y asombrosos los paralelismos que Rojas muestra entre Edgard Allan Poe, John Milton o Piero di Cosimo con el infeliz Casagemas. En este juego de espejos y espejismos Rojas proyecta destellos de su propia biografía. El arte muestra su papel redentor y el marco de un trasfondo inadvertido.

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