viernes, agosto 31, 2007

Antinio Burgos, Una esquela por un gol

viernes 31 de agosto de 2007
Una esquela por un gol

POR ANTONIO BURGOS
NO es muerte todo lo que reluce entre los lutos tipográficos de una esquela de defunción. Hay mucha vida en las esquelas mortuorias. La esquela es un género literario, aunque ningún aspirante a crítico literario le haya dedicado una tesis doctoral. Un género con miles de lectores. Dime cuántas esquelas trae tu periódico y te diré cuál es su penetración en el mercado. Una buena esquela no sólo te dice qué señor se ha quitado del tabaco o qué señora no tiene que ir más a la peluquería. Delata el bollo de los que metieron al muerto en el hoyo de la esquela. Los lectores de esquelas tienen algo de seguidores de Agatha Christie o de Simenón. En cuanto leen la esquela, como una novela policiaca, por cómo figuran las nueras y los yernos, saben por dónde se va a armar la de Troya en el reparto de la herencia. Por no hablar de la esquela de la otra, la otra, que pone fecha por dentro a la muerte del querindongo. O de la legítima, que sigue proclamando en la esquela que ella es la verdadera esposa ante los ojos de Dios. O las esquelas de algunos diarios que las regalan, donde vienen las papeletas de quienes literalmente no tienen dónde caerse muertos. Lo que en vez de atraer lectores, como pretenden, los aleja. Se lo oí a una gran lectora de esquelas de toda la vida, de toda la muerte:
-Vamos a dejar de comprar ese periódico, porque trae las esquelas de unos muertos a los que no conocemos de nada.
Como empedernido lector de esquelas y zahorí de las novelas que llevan dentro, estoy encantado con el último servicio que el ya mítico Antonio Puerta ha hecho al enriquecimiento de este género obituario de peaje. Dije que Puerta tenía planta de capitán de los Tercios de Flandes en una novela de Pérez Reverte. La esquela del Schalke lo confirma. Puerta era grande en la España donde su muerte ha unido al Sevilla con el Betis y ha vestido con su camiseta del 16 al Barsa. Y era también, como el emperador Carlos, quinto de Alemania. Con el gol que cambió la historia del club, Puerta metió al Sevilla en su primera Copa de la UEFA. Hazaña mítica que merecía un Velázquez que la pintara, en plan cuadro de las lanzas. Tal pintura ha llegado. No con pinceles españoles, sino con el generoso brochazo de los germanos derrotados. Puerta, el vencedor del Schalke 04, ha merecido hasta los honores de aquellos a los que derrotó. Como nadie se muere hasta que su esquela viene en el ABC, ahora es cuando de verdad ha muerto Puerta y nacido su leyenda. Leyenda germana, que requiere música de Wagner.
El F.C. Schalke 04 le ha puesto a la mítica Zurda de Diamante una esquela en el ABC de Sevilla y es como si el cuadro de las lanzas hubiera sido pintado no por el paisano de Puerta, sino por los vencidos en Breda, mojando la punta de sus picas en los tinteros del honor del campo de batalla. Los alemanes son tan cuadriculados y perfectos que cuando se ponen a hacer coches, sacan el Mercedes. Cuando les da por dictadores, no se andan con chiquitas de Mussolini, sacan a Hitler. Metidos en la globalización, inventan y mangonean el Banco Central Europeo. Y puestos a redactar esquelas, chapó, les sale la esquela de Puerta: «La noticia del fallecimiento de Antonio Puerta ha afectado al Consejo de Administración, Cuerpo Técnico, Jugadores y Seguidores del Schalke 04 profundamente. De una manera entristecedora apreciamos que hay cosas mucho más importantes que un partido de fútbol. Antonio Puerta ha dejado huellas en la historia de nuestro Club. En 2006 nuestros equipos jugaron la semifinal de la copa de la UEFA. A pesar de la derrota, el Schalke 04 quedó realmente impresionado por el ambiente y la hospitalidad que vivió en Sevilla y que todavía hoy se recuerda. Este duelo apasionante se decidió sólo por un gol formidable. Antonio Puerta fue su autor. El Consejo de Administración, Cuerpo Técnico, Jugadores, Empleados y Seguidores del Schalke 04 ruegan una oración».
¿Cómo se dice oooooooooolé en alemán? Es lo que se merece la esquela del Schalke, la estela funeraria del gol de Puerta al Schalke. Un ole de grande como aquel gol del Mito Puerta que cambió la historia del Sevilla F.C. y que ahora, tras unir en el dolor a béticos y sevillistas, ha hecho que los alemanes pinten en una esquela el más noble cuadro futbolístico de las lanzas.

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