viernes 31 de agosto de 2007
Política exterior
Sarko el Francés
Todo esto no debería interpretarse como un decidido y firme sentir pro-americano de Sarkozy. Su prioridad absoluta es Europa; si hay acuerdo con Estados Unidos en algunos temas bien, pero si no lo hay, también.
GEES
Mientras unos países pierden estrepitosamente peso en el mundo, otros se desviven por lograr todo lo contrario. Es el caso de Francia, donde el presidente Nicolás Sarkozy ha dejado claro en su primer gran discurso de política exterior, delante de 180 embajadores franceses, el papel que quiere que su país desempeñe: "Soy de los que piensa que Francia tiene mucho que aportar al mundo, con uno de los pueblos más dinámicos y mejor formados, con una de las economías más competentes, con una diplomacia y unas Fuerzas Armadas que son para mí las mejores. Soy de los que piensa que Francia es grande."
Con descaro y derrochando confianza en sí mismo confirmó que Francia va a estar presente en las grandes cuestiones internacionales del momento como Irak, Afganistán, Líbano o Kosovo. Afirmó su interés por evitar un enfrentamiento entre el islam y Occidente, por persuadir a las grandes economías emergentes como China, India y Brasil para que respeten las reglas internacionales y por luchar contra el cambio climático. Manifestó su idea de ampliar el G-8 y de relanzar una Europa de la Defensa; criticó al Gobierno ruso y dijo que no aceptará un Irán nuclear, apuntando a una intervención militar en el caso extremo de que Teherán no cumpla con sus obligaciones internacionales. Declaró su amistad con Israel y, por supuesto, con Estados Unidos.
No es el primer guiño que les hace a los estadounidenses. El apelativo de Sarko el Americano ha ido cobrando fuerza en los medios tras sus lujosas y polémicas vacaciones en New Hampshire y el reciente envío de su ministro de Exteriores a Bagdad. Sin embargo, todo esto no debería interpretarse como un decidido y firme sentir pro-americano de Sarkozy. Su prioridad absoluta es Europa; si hay acuerdo con Estados Unidos en algunos temas bien, pero si no lo hay, también. Esta actitud, eso sí, marca una gran diferencia con su predecesor Chirac, cuya política se limitaba a disentir en todos y cada uno de los asuntos con los norteamericanos.Sarkozy ha tomado las riendas en los asuntos de Defensa y Exteriores. Si recientemente anunció la preparación de un nuevo Libro Blanco sobre Defensa y Seguridad Nacional que sustituirá al de 1994, su discurso ante los embajadores dejó claro a la audiencia las líneas de la política exterior francesa. Pero como dijo el analista francés François Heisbourg tras el discurso de su presidente, la política de Sarkozy sigue siendo básicamente la misma de antes; la diferencia no está en lo que ha dicho sino en la manera en que lo ha hecho. Es ese estilo arrollador y su omnipresencia en todos los medios y todos los frentes lo que le ha valido su nuevo apelativo de hiperpresidente y lo que está marcando la diferencia. Veremos si se desinfla el huracán o no.
GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.
jueves, agosto 30, 2007
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