jueves, agosto 30, 2007

Urbaneja, Ford ratifica su inversion en Valencia

jueves 30 de agosto de 2007
Ford ratifica su inversión en Valencia Fernando González Urbaneja

Desde hace años los agoreros pronostican que la industria del automóvil abandonará pronto España en busca de menores costes. Y ese argumento se une también la tesis, insuficientemente fundada, de que los grandes inversores multinacionales no están interesados en España y que las deslocalizaciones son inevitables por múltiples razones, incluidas las del riesgo político.
No es ese el caso de Ford en Valencia, ni el de GM en Zaragoza. Ni el de ninguna de la docena de plantas de ensamblaje de vehículos instaladas en España a lo largo de los últimos cincuenta años. Una industria relativamente joven, pero que ya es madura y que no puede funcionar ajena a estándares internacionales de calidad y productividad.
Cerró Delphi en Cádiz, con argumentos sobrados, abrumadores, y otro tanto han hecho algunas otras plantas de componentes de automoción en el valle del Ebro, en Cataluña, pero la potencia del sector del automóvil en España no ha disminuido. Y no por los incentivos políticos o por ventajas que tengan que ver con un proteccionismo activo o simulado.
Aquí la clave radica en que las plantas funcionan bien y que las condiciones de trabajo y la calidad y competitividad de sus los productos interesan a los inversores, que son gentes que no se andan con contemplaciones, entre otras razones porque el negocio está muy difícil, muy apretado y no se puede regalar nada.
Estos días en la planta valenciana de Ford (7500 empleos directos) los dirigentes de Ford Europa han confirmado los objetivos de producción para los próximos años y que los modelos Focus y el nuevo Fiesta llevarán sello valenciano. Es una buena noticia en un momento en el que alivian tensiones y despejan incertidumbres. El acuerdo sindical de Almusafes acredita que los sindicatos andan lejos de cualquier aventurerismo reivindicativo. En este caso ha sido UGT (que es mayoritaria en la planta) la que ha protagonizado el acuerdo, con reticencias de Comisiones que pretende que se podía haber exigido más. Pero pájaro en mano vale más que ciento volando y garantizar el encargo de producir esos dos modelos fundamentales para los próximos seis años supone una bandada de pájaros en la jaula, demasiado como para andar especulando.
fgu@apmadrid.es

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