jueves 30 de agosto de 2007
31 de Agosto: Santas Diana de Gales y Teresa de Calcuta Inocencio Arias
Fue hace diez años, un 31 de Agosto, cuando perecieron Lady Di y Teresa de Calcuta. La inaudita popularidad de la primera y su fin trágico relegaron la muerte de la segunda, una de las personas más admirables de esas décadas, a unas pocas líneas de las páginas interiores de los periódicos.
Diana de Gales fue canonizada en vida por la prensa. Desde el anuncio de su matrimonio con Charles la futura princesa alentó a los medios de información, con una habilidad y un olfato que se convertirían en una astuta manipulación, a contar todos los detalles de su vida, desde su matrimonio hasta el adulterio de su marido. Tenía un sexto sentido para posar y pasaba horas devorando la prensa del corazón. Irónicamente sería huyendo de los fotógrafos, a los que tanto había cultivado y que la adoraban, muchos se autocensuraban no publicando las fotos mostrando el ángulo menos atractivo de la nariz de la diosa, como encontraría la muerte.
Pasados diez años, la imagen de Diana perdura pero comienza a difuminarse. La Fundación que lleva su nombre dedicada a obras caritativas y que recibió en donaciones, en un primer momento, 100 millones de libras ha conseguido sólo 220.000 el pasado año. De los quince libros publicados recientemente sobre el mito sólo una Las crónicas de Diana de Tina Brown ha tenido unas ventas envidiables. La liquidación de sus pertenencias sigue despertando morbo. E- bay colocaba hace días para subastar una carta de Diana a un modisto, llena de faltas de ortografía, lo que muestra la incultura ahora conocida de Diana. Precio de salida: 100.000 euros.
En Gran Bretaña hay un retroceso en el entusiasmo. Los británicos parecen un tanto avergonzados de haber calificado su muerte hace diez años como “el principal acontecimiento del siglo XX”. La Casa Real, tan aborrecida por Diana, ha contado con excelentes asesores que han llevado a la opinión que hubo zancadillas de las dos partes y ha recuperado imagen. Los ciudadanos aceptan mayoritariamente el matrimonio de Carlos con Camila y su futura accesión al trono. La película La reina ha sido un bálsamo para la monarquía.
Sobre la beata Teresa de Calcuta llega una sorprendente revelación. La de unas cuarenta cartas escritas a lo largo de su vida que muestran, para pasmo general, una santa con fe vacilante y con constantes dudas sobre la existencia de Dios y el más allá. Como dice la revista Time el contraste entre la vida y las manifestaciones públicas de Teresa y lo contenido en las cartas a sus confesores no puede ser más disonante. Estas últimas parecen salidas “de un drama existencialista de los años cincuenta”. La venerada Teresa manifiesta frecuentemente, no encontrar a Dios, sentirse abandonada, vivir “en un enorme silencio y en un enorme vacío”.
Ven y se mi luz, el libro en el que aparecerán las cartas ya ha sido saludado por algunos ateos estadounidenses como la prueba de que ella, como mucha gente, había llegado a la conclusión de que la religión es un invento del hombre. Hay quien comenta que estas confesiones serán un obstáculo para su canonización.
No es esa la opinión de varios teólogos católicos. El Padre Matthew Lamb considera que el libro será tan importante como las Confesiones de San Agustín. Otros, que sostienen que el proceso mental de Teresa de Calcuta es la muestra más radical de humildad imaginable porque quería potenciar sus dudas como castigo al éxito que estaba teniendo en su misión en la vida, ven en la crisis de conciencia de la misionera algo que ilustra que “la duda es parte integrante de la vida de la persona sea un creyente corriente o el más famoso de los santos”.
El libro hará olas.
31 de Agosto: Santas Diana de Gales y Teresa de Calcuta Inocencio Arias
Fue hace diez años, un 31 de Agosto, cuando perecieron Lady Di y Teresa de Calcuta. La inaudita popularidad de la primera y su fin trágico relegaron la muerte de la segunda, una de las personas más admirables de esas décadas, a unas pocas líneas de las páginas interiores de los periódicos.
Diana de Gales fue canonizada en vida por la prensa. Desde el anuncio de su matrimonio con Charles la futura princesa alentó a los medios de información, con una habilidad y un olfato que se convertirían en una astuta manipulación, a contar todos los detalles de su vida, desde su matrimonio hasta el adulterio de su marido. Tenía un sexto sentido para posar y pasaba horas devorando la prensa del corazón. Irónicamente sería huyendo de los fotógrafos, a los que tanto había cultivado y que la adoraban, muchos se autocensuraban no publicando las fotos mostrando el ángulo menos atractivo de la nariz de la diosa, como encontraría la muerte.
Pasados diez años, la imagen de Diana perdura pero comienza a difuminarse. La Fundación que lleva su nombre dedicada a obras caritativas y que recibió en donaciones, en un primer momento, 100 millones de libras ha conseguido sólo 220.000 el pasado año. De los quince libros publicados recientemente sobre el mito sólo una Las crónicas de Diana de Tina Brown ha tenido unas ventas envidiables. La liquidación de sus pertenencias sigue despertando morbo. E- bay colocaba hace días para subastar una carta de Diana a un modisto, llena de faltas de ortografía, lo que muestra la incultura ahora conocida de Diana. Precio de salida: 100.000 euros.
En Gran Bretaña hay un retroceso en el entusiasmo. Los británicos parecen un tanto avergonzados de haber calificado su muerte hace diez años como “el principal acontecimiento del siglo XX”. La Casa Real, tan aborrecida por Diana, ha contado con excelentes asesores que han llevado a la opinión que hubo zancadillas de las dos partes y ha recuperado imagen. Los ciudadanos aceptan mayoritariamente el matrimonio de Carlos con Camila y su futura accesión al trono. La película La reina ha sido un bálsamo para la monarquía.
Sobre la beata Teresa de Calcuta llega una sorprendente revelación. La de unas cuarenta cartas escritas a lo largo de su vida que muestran, para pasmo general, una santa con fe vacilante y con constantes dudas sobre la existencia de Dios y el más allá. Como dice la revista Time el contraste entre la vida y las manifestaciones públicas de Teresa y lo contenido en las cartas a sus confesores no puede ser más disonante. Estas últimas parecen salidas “de un drama existencialista de los años cincuenta”. La venerada Teresa manifiesta frecuentemente, no encontrar a Dios, sentirse abandonada, vivir “en un enorme silencio y en un enorme vacío”.
Ven y se mi luz, el libro en el que aparecerán las cartas ya ha sido saludado por algunos ateos estadounidenses como la prueba de que ella, como mucha gente, había llegado a la conclusión de que la religión es un invento del hombre. Hay quien comenta que estas confesiones serán un obstáculo para su canonización.
No es esa la opinión de varios teólogos católicos. El Padre Matthew Lamb considera que el libro será tan importante como las Confesiones de San Agustín. Otros, que sostienen que el proceso mental de Teresa de Calcuta es la muestra más radical de humildad imaginable porque quería potenciar sus dudas como castigo al éxito que estaba teniendo en su misión en la vida, ven en la crisis de conciencia de la misionera algo que ilustra que “la duda es parte integrante de la vida de la persona sea un creyente corriente o el más famoso de los santos”.
El libro hará olas.
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