jueves 30 de agosto de 2007
Los clubes extremarán los reconocimientos médicos Julián García Candau
La muerte del jugador del Sevilla Antonio José Puerta reabrirá, sin duda, la necesidad de extremar los reconocimientos médicos a los futbolistas. Tales arrebatos suceden cuando se da un caso tan triste como el del futbolista sevillano. La Liga de Fútbol Profesional ya había provisto a los clubes de un equipo para casos urgentes con desfibrilador incluido. Puerta se benefició en principio de la tecnología que existía en el Sánchez Pizjuan, mas ello, desgraciadamente, no fue suficiente.
La muerte de toreros en algunas plazas de segunda movió a llevar “uvis” móviles para compensar las deficiencias de las enfermerías. En el fútbol hubo un tiempo en que casi se consideraba suficiente la botella de agua milagrosa del masajista del equipo. Afortunadamente, al masajista, que en muchos casos no era siquiera titulado en alguna especialidad, sucedió el fisioterapeuta y también el ATS. Posteriormente comenzaron a tomar asiento en los banquillos los médicos.
Dentro del terreno de juego los futbolistas cuentan con auxilios importantes y, sin embargo, como se ha demostrado esta vez, insuficientes. Y ello no ha sido porque hayan fallados los recursos de que se dispone a mano, sino lo que ha evidenciado carencias es la prevención.
Todos los clubes someten a sus plantillas a exámenes tenidos por exhaustivos y, no obstante, hay casos en que su eficacia no es del ciento por ciento. Tanto en el caso de Berruezo como en el de Puerta, los dos fallecidos del Sevilla en circunstancias dramáticas, hubo antecedentes que debieron ser serio aviso y fueron descartados. Los desmayos de Puerta anunciaban un mal escondido a cuyo fondo no se llegó.
Especialistas en materia cardiovascular opinan que hay casos en que descubrir el auténtico problema del paciente no es fácil, pero si existen métodos que pueden llevar al conocimiento del mal. Seguramente, entre los especialistas en medicina deportiva habrá alguna discrepancia y ella, en definitiva, es la que puede suponer el alumbramiento del método más eficaz aunque este, sin duda, será más caro y a los clubes les supondrá un mayor gasto. Ahora, con la muerte de Puerta habrá menos reticencias a incrementar los exámenes cardiológicos de los futbolistas.
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