martes, mayo 22, 2007

Villacañas, Apuntaciones sobre la eleccion de concejales y parlamentarios autonomicos

miercoles 23 de mayo de 2007
Apuntaciones sobre la elección de concejales y parlamentarios autonómicos
Antonio Castro Villacañas

Q UIERO arriesgarme. Voy a decir algo sobre el 27 de mayo y el resultado de las elecciones municipales y comunitarias. Lo primero que creo debo decir es que esas elecciones son muy importantes. Lo son para todas las entidades locales y autonómicas en que se vota, pero sobre todo lo son para Vasconia y Navarra. Que esta siga siendo una Comunidad Foral entrañablemente integrante de España o que pase a ser una parte del País Vasco es lo que se juega en las elecciones a diputados de su parlamento autonómico. Si el 27 de mayo resulta que la mayoría de los navarros no ha votado la papeleta presentada por la UPN, a partir de ese momento tanto Navarra como España estarán en grave peligro de no ser lo que hoy son y siempre han sido. Si la mayor parte de los votantes navarros eligen el próximo domingo que su Parlamento Foral esté en manos de la coalición nacional-socialista que forman el PNV y el PSOE, España y Navarra comenzarán a desintegrarse. Las elecciones del día 27 son -quiéranlo o no los que en ellas voten- una especie de "primera vuelta" de las generales legislativas del año 2008. Más aún: de su resultado depende que las elecciones nacionales se celebren en la primavera próxima o en el otoño del año que viene. Pretender interpretar el resultado de esas elecciones legislativas mediante el análisis de los votos y los puestos que obtengan el 27 de mayo los tres grandes partidos nacionales y sus correspondientes posibles aliados, se me antoja empresa tan difícil como poco acertada. No podemos ni debemos olvidar que tanto los andaluces como los catalanes, los gallegos y los vascos no votarán el próximo domingo la renovación de sus respectivos Parlamentos autonómicos, de manera que no podrán sumarse sus votos a los que si emitirán los españoles habitantes de las otras 13 comunidades autónomas. La desastrosa Constitución vigente, amasada deprisa y corriendo por dos semianalfabetos políticos, no ha regulado como pudo y debió hacer el mejor calendario electoral posible. A consecuencia de ello existen los desajustes y corrimientos temporales entre las convocatorias a elecciones legislativas y las otras, municipales o autonómicas. Las Cortes y el Senado no tienen un periodo fijo de mandato: puede ser más o menos duradero, según le convenga al Gobierno. Los Ayuntamientos y las Asambleas, por el contrario, se encuentran sometidos a un rígido periodo cuatrienal. De ahí el que entre 1979 y 1986 las elecciones para el Parlamento Nacional se celebraran antes que las municipales, con uno y hasta once meses de margen. En 1989 y 1993 no fueron simultáneas, pero si por lo menos equidistantes. A partir de 1995 se invirtió la tendencia: en ese año, en 1999, en el 2003 y en el actual 2007, la convocatoria para las elecciones locales ha ido por delante de las nacionales. Ello hace que puedan compararse dos realidades electorales muy diferentes, pues tanto el número de votantes como el de elegibles (individuos y partidos) es del todo dispar, lo que dificulta mucho el vaticinio de cual será el resultado de las elecciones segundas a base de los datos ofrecidos por los escrutinios primeros. Sin embargo, teniendo en cuenta el hecho de que los ganadores de las elecciones municipales de 1995, 1999 y 2003 repitieron su victoria en las siguientes legislativas (es decir, el PP en 1996 y 2000; el PSOE, en el 2004), y valorando el actual panorama nacional, me atrevo a vaticinar que el próximo día 27 de mayo nos presentará los siguientes resultados: a) el número de votantes en favor del PSOE será un poco más mayor en la totalidad de España que el de quienes voten en favor del PP; b) sin embargo, el número de concejales populares sobrepasará en toda España al de concejales socialistas; c) ambos partidos estarán muy igualados en cuanto al número de representantes en los parlamentos autonómicos; d) no es previsible que cambien de partido las alcaldías de las principales ciudades, con la excepción de Vigo, Oviedo, Pamplona, Palma, Ibiza, Badajoz, Sevilla, Santa Cruz, Las Palmas y Ceuta; e) menos previsible aún es que los partidos gobernantes en las distintas autonomías sean reemplazados por sus más directos rivales, pero ello puede suceder por alianzas post-electorales en Asturias, Cantabria, Navarra y Canarias; f) teniendo en cuenta los definitivos resultados, todos los partidos encontrarán pretexto para decir que ellos han sido vencedores en algo; y g) el PSOE disolverá las Cortes, según sea su número de votos, concejales, alcaldes, parlamentarios y presidentes autonómicos, en septiembre-octubre de este año o en febrero del 2008. Atención preferente, pues, a Navarra y Canarias. Dos pronósticos más: uno, puede producirse una apreciable baja de IU en beneficio del PSOE; y dos, cuanto mayor sea la diferencia de votos y de triunfos entre el PP y el PSOE más pronto aparecerán los nuevos partidos políticos que desde la derecha y la izquierda desean ocupar ese difuminado espacio que llaman centro. De todo hablaremos, Dios mediante, la semana que viene.

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