lunes 28 de mayo de 2007
El PSE resiste el proceso
TONIA ETXARRRI
El proceso de negociación con ETA habrá fallado pero los votantes vascos no han castigado al Partido Socialista. Todo lo contrario. El voto útil del constitucionalismo se ha desplazado hacia el PSE mientras que el voto útil del nacionalismo se ha concentrado en el PNV. La imposibilidad de que el entorno de Batasuna haya podido presentar su opción electoral en todos los territorios y municipios ha provocado que en Navarra la alternativa de los nacionalistas unidos (Nafarroa Bai) haya sido la principal beneficiada, hasta el punto de abrir la gran incógnita en torno a la composición del futuro gobierno foral, a pesar de que UPN ha sido la fuerza más votada. Lo venían dibujando los sondeos de opinión que tan poca credibilidad suelen tener entre nuestros propios líderes: la mayoría de votantes vascos de todos los partidos, menos los del PP, se habían decantado a favor de la negociación con ETA, con sus chapuzas y sus intrigas. No importaba el mercadeo; la cuestión era conseguir, si se podía, sacudirse de encima la inseguridad ciudadana por culpa del terrorismo. Y ha funcionado. Contrariamente a la tendencia constatada en la comunidad de Madrid, así como en su ayuntamiento, en donde el PP ha ganado con los resultados previstos por sus candidatos, en Euskadi, los socialistas se han beneficiado del tirón del gobierno de España. Y si, además, el Partido Nacionalista Vasco se presentaba esta vez separado de EA y teniendo que afrontar, especialmente en Guipúzcoa, delicadas situaciones de presunta corrupción y fraude al fisco, los resultados han sido más que buenos para el partido de Patxi López. De las votaciones de ayer, Eusko Alkartasuna deberá sacar la conclusión de que el nacionalismo, desgastado ya después de tantos años en el poder, necesita unir fuerzas para seguir sumando. Navarra es un claro ejemplo de ello. El revolcón que acaba de dar la coalición Nafarroa Bai al panorama político de la comunidad foral, no tiene precedentes quedando como la segunda fuerza de Navarra, partiendo, prácticamente de cero. Las cuatro opciones nacionalistas que se unieron con el objetivo de desplazar del gobierno constitucionalista de Sanz han irrumpido con tal fuerza que, a partir de hoy, va a ser fundamental la política de alianzas que se pueda acordar en los próximos días, teniendo en cuenta que el socialista Blanco ya hablaba anoche de la posibilidad de gobernar en Navarra, a pesar de que su partido ha quedado como la tercera fuerza. A partir de hoy, se abre una incógnita de gran calado: si la marca electoral del PP en Navarra se viera desplazada por la política de alianzas y si los populares pierden el control del territorio alavés, la garantía de la estabilidad constitucional y estatutaria no está asegurada. Por eso, recae sobre las espaldas de los socialistas una grave responsabilidad.t.etxarri@diario-elcorreo.com
lunes, mayo 28, 2007
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