sábado, mayo 12, 2007

Tonia Etxarr, Con nombre de mujer

domingo 13 de mayo de 2007
Con nombre de mujer
t.etxarri@diario-elcorreo.com TONIA ETXARRI

Una lista, un nombre, un cargo de segunda fila, salvando las alcaldesas, y poco más. Se trata del gheto de la política aparentemente marginal. Pero la realidad va por otros derroteros. El concurso por la igualdad ha sido tan superficial, que la carrera ha quedado en un relleno de listas elaboradas de urgencia, con tal de cumplir con la ley. Que no se diga que la modernidad formal no ha llegado también a la vieja estructura de los partidos.Algunos, como el PP, se han pasado de marcha y han visto una de sus listas anuladas por estar integradas únicamente por candidatas y no haber buscado el equilibrio de géneros, como ha tenido que hacer la candidatura guipuzcoana de Plazandreok, que, a regañadientes, ha incluido a varones objeto para no tener que pelearse en la ventanilla.Parece evidente, sin embargo, que las formas impuestas por ley no garantizan la calidad del contenido. Del papel del único hombre que integra el grupo de EHAK en el Parlamento vasco se sigue hablando, con cierta sorna, durante toda la legislatura autonómica. Pero tiempo habrá para hacer balance de nuestro Parlamento. Ahora, en el ámbito municipal y local, los partidos vuelven a caer en el tópico. Debates de mujeres entre mujeres, pero, a la hora de la verdad, los cabezas de lista para la Diputación de Vizcaya, por ejemplo, son sólo hombres. Ya saben: Ricardo, Carlos y los tres Josés. Toda una cofradía de competidores que, a la hora de la política de gestión y control del poder, no están dispuestos a ceder su primer puesto en la foto a ninguna de sus compañeras de militancia. Y muchas de las candidatas caen en la trampa viéndose emplazadas a hablar de su conciliación familiar y de su coeficiente intelectual (¿estás aquí porque eres lista o eres lista porque estás aquí?), porque eso es lo que se espera de ellas. Falta mucho todavía para derribar unos cuantos tópicos. Sorprende que, a estas alturas, muchos sectores femeninos progresistas defendieran, con tanta vacuidad de argumentación, la importancia de que hubiera ganado, en la vecina Francia, Ségolène Royal. No por socialista, sino por ser mujer. Una condición que no aplicaban, sin embargo, para Angela Merkel, presidenta de Alemania, por ejemplo. En Navarra, donde sus electores son cada vez más conscientes de que se juegan el cambio que está tratando de imponer el entorno de ETA, sus candidatas no están para florituras. La alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, sigue haciéndose la pregunta del millón: ¿Cómo puede explicar la Justicia que la misma candidata de ANV haya sido anulada para el Parlamento navarro y, sin embargo, admitida para el Ayuntamiento? Si la Fiscalía y la Abogacía del Estado sólo pidieron la anulación de la mitad de las listas, tendrán que seguir explicando sus malabarismos. La verdad es que, cuanto más se lee la sentencia del Tribunal Constitucional, menos se entienden sus razones.

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