miércoles, mayo 16, 2007

Roberto Sirico, ¿Ha puesto verde el Papa al capitalismo?

jueves 17 de mayo de 2007
SOBRE EL LIBRO JESÚS DE NAZARET
¿Ha puesto verde el Papa al capitalismo?
Por Robert Sirico
"El nuevo libro del Papa critica el capitalismo", aseguró Associated Press. Estaba hablando de Jesús de Nazaret, el libro del Papa Benedicto XVI que se está vendiendo como rosquillas y que empezó a escribir antes de ser elegido Papa. Ahora su publicación es una noticia importante y se están poniendo en las librerías millones de copias.
El Boston Globe, MSNBC, Fox News, el Miami Herald y otras cien publicaciones más repitieron la afirmación de que el libro critica el capitalismo. Según se informa, en él habría escrito que el capitalismo inflige una especie de crueldad sobre la gente.
Bueno, al leer estas noticias, mi primera reacción fue: ¿qué se entiende aquí por capitalismo? Si como tal entendemos un sistema donde las élites son dueñas de la riqueza y los pobres existen en una condición servil, pues sí, eso suena cruel. Pero si lo que queremos decir es la economía libre, entonces hablamos de algo completamente distinto. La economía libre (que se puede denominar capitalismo si se desea) ha sido la fuente número uno de liberación material de los pobres en el mundo entero.
Para comprobarlo, sólo hace falta mirar cómo en China, Europa del Este y Asia, la economía libre ha mejorado durante los últimos diez años la esperanza de vida, reducido la mortalidad infantil, mejorado la salud en general y alimentado a millones de personas en formas que hubieran sido inimaginables bajo economías controladas. La economía libre es el sistema que mantiene con vida al mundo entero. ¿Sería cierto que Benedicto XVI se ha distanciado de las enseñanzas de Juan Pablo II sobre que la libertad económica no es más que una parte de un sistema mucho más amplio de libertades y derechos que la Iglesia apoya?
La sorpresa llegó cuando por fin tuve el libro entre mis manos. No habla de política, economía o cualquiera de los otros asuntos en los que los medios de comunicación se muestran en general interesados. Es una sofisticada reflexión teológica y espiritual. Su tema es Jesús. Increíblemente, jamás hace uso de la palabra "capitalismo".
Al comienzo del libro, su autor deja muy claro algo que para la mente laica puede ser difícil de comprender. Es un detalle sobre la manera en la que se identifica al autor tanto en la edición en inglés como en italiano: en la parte superior de la cubierta del libro se presenta en letra pequeña simplemente como Joseph Ratzinger. Y debajo, en letras mucho más grandes, hay un nombre mucho más reconocible: Papa Benedicto XVI. Después de delinear el ámbito de su análisis, que surge "después de un largo recorrido interior", hace una distinción en la conclusión de la introducción:
Necesito tener la certeza de decir expresamente que este libro no es de forma alguna un acto de magisterio sino una expresión única de mi investigación personal sobre el "rostro del Señor" (cf. Salmo 27:8). Por consiguiente, cualquiera está en libertad de contradecirme, sólo pido a mis lectores esa expectativa de comprensión sin la que no puede haber entendimiento.
Un lector laico dirá: "por supuesto que tengo la libertad de no estar de acuerdo". Para los creyentes católicos, sin embargo, un acto oficial de la autoridad docente de la Iglesia es algo que se toma con leal sometimiento de la voluntad y el intelecto. Sabiendo esto, Ratzinger desea poner en claro que este libro no comporta autoridad magisterial.
Seguidamente llegamos a la sección del libro que ha causado tantos comentarios en los medios. Según escribió Nicole Winfield en su reseña para Associated Press: "El Papa Benedicto XVI ofrece una meditación personal sobre la vida y las enseñanzas de Jesucristo en su primer libro como pontífice, criticando la 'crueldad' de la explotación capitalista pero también condenando abiertamente la ausencia de Dios en el marxismo."
¿Qué dice el libro en realidad? Aunque Ratzinger critica explícitamente la noción de alienación de Karl Marx, la palabra "capitalismo" no aparece nunca en el texto. Lo que sí hay es una desafiante meditación moral sobre la solidaridad y la centralidad de Dios en la vida humana, incluyendo la ayuda a los pobres. Todo esto sucede en el curso de la argumentación de Ratzinger a partir de la parábola del buen samaritano:
La actualidad de la parábola es obvia. Si la aplicamos a las dimensiones de la sociedad globalizada, vemos cómo la población de África, que se encuentra robada y saqueada, nos concierne de modo personal. Así vemos lo cerca que están de nosotros; también vemos que nuestro estilo de vida, la historia en la que nosotros también estamos involucrados, los ha empobrecido y sigue empobreciéndolos. En esto, sobre todo, se encierra el hecho de que los hemos herido espiritualmente. En lugar de darles a Dios, el Dios que nos es cercano en Cristo, y de esta manera, desde sus tradiciones, acoger todo lo que es precioso, espléndido y llevarlo a su culminación, les hemos dado el cinismo de un mundo sin Dios en el que sólo cuentan el poder y los beneficios. Hemos destruido tanto el criterio moral que la corrupción y el deseo de poder, desprovisto de escrúpulos, se convierten en algo obvio. Y esto no sólo concierne a África.
Sí, tenemos que darles ayuda material y tenemos que analizar nuestro modo de vida. Pero siempre damos demasiado poco si todo lo que damos es material. ¿Y acaso no encontramos también dentro de nosotros mismos a un ser saqueado y martirizado? Las víctimas de las drogas, del tráfico humano, del turismo sexual, personas interiormente destruidas, que están vacías incluso en medio de la abundancia de bienes materiales... Tenemos que aprender nuevamente desde dentro hacia afuera el riesgo de la abundancia.
Aquí no hay mención alguna de economía, política o de programas específicos de redistribución. Tampoco es precisamente una rimbombante crítica de la economía libre. Si Ratzinger quiere decir en ese pasaje que nuestra riqueza hace pobres a los pobres de África, algo que es una afirmación empírica que puede ser verificada o falseada por los hechos, nada de esto afectaría su autoridad como Papa o la enseñanza social católica como tal.
Pero no creo que ésa sea su intención, incluso aunque sea algo que está en la agenda de periodistas y columnistas. Los escritos de Ratzinger son asombrosamente claros e inequívocos. Éste es explícitamente una reflexión espiritual de nuestra propia disposición interior hacia aquellos que son nuestro "prójimo", con quienes tenemos una responsabilidad moral; no es una obra de economía.
Nos exhorta a preocuparnos por los pobres en todas las formas posibles: material y espiritualmente. La ciencia de la economía nos informa que la economía libre es la mejor base posible para el crecimiento de la riqueza. Pero después de eso, se necesita más de cada sistema de organización económica. Es aquí donde la vida de Cristo nos conforma como individuos y como sociedades. La familia humana necesita escuchar lo que el Papa tiene que decir, sin los filtros de reportajes altamente politizados y a menudo profundamente erróneos hechos por periodistas que sólo van en busca de titulares.
El padre Robert Sirico es sacerdote católico y presidente del Instituto Acton para el Estudio de la Religión y la Libertad en Grand Rapids, Michigan. *Traducido por Miryam Lindberg del original en inglés.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy terminando de leer un libro que me ha sorprendido por su contenido. Se titula EL REY DE LAS MARIPOSAS, y su autor es SEBASTIAN JIMENEZ PINTO. Es una Novela historica y trata sobra la vida de Jesús, Judas Iscariote y todos los discipulos que le siguieron en su ministerio. Os recomiendo que la leais, pues creo que eso es verdaderamente lo que ocurrió con Jesús en su vida. Además tiene un blog muy interesante que debeis de visitar : www.elreydelasmariposas.blogspot.com ( Juan Carlos-Huelva)