domingo, mayo 27, 2007

Felix Arbolí, ¡Ya estan aqui! ¡ llegaron ya!

lunes 28 de mayo de 2007
¡YA ESTÁN AQUÍ ! ¡LLEGARON YA !
Félix Arbolí

H A llegado el gran momento. Las urnas esperan. De ti depende exclusivamente que Pepito o Juanito se alcen con la Comunidad y la Alcaldía. Nunca has tenido tanto poder decisivo en cuestiones tan importantes y de interés general. Tienes en tus manos, bajo tu responsabilidad, cuatro años de buen o mal gobierno y de satisfacción o lamentaciones. El poder, aunque solo sea por el día de las votaciones, reside exclusivamente en el pueblo, si no ocurre nada anormal. Puedes votar, abstenerte e incluso hacerlo en blanco. Todo te está permitido. Eres, no lo olvides, el árbitro y señor que pone fin a esa contienda electoral donde has visto de todo, has oído las cosas más diversas y disparatadas y has conocido a personajes que te sonaban pero nunca tuviste oportunidad de tenerlos tan cerca y hasta de conocerlos. Gracias a los mítines y campañas buscando tu voto, te has sentido importante cuando ese político que solo veías a través de la “tele” o en fotos de prensa, se te ha acercado sonriente y efusivo y te ha dado la mano, el abrazo y hasta el beso si eras de sexo distinto. ¡Qué señor tan majo y atento!. ¡Qué mujer tan simpática y cariñosa!. Yo la creía diferente cuando la contemplaba en el Hemiciclo, la asamblea o inaugurando esa obra o sede local de su partido. Terminaron las fantasmadas. Ha llegado la hora de la verdad. Los candidatos han frenado sus enfrentamientos dialécticos, han ocultado sus censuras y están nerviosos y escondidos en sus “cuarteles”, esperando conocer la voluntad del electorado expresada en esas papeletas que hoy, cuando leas este artículo, se estarán depositando en las respectivas urnas que, como fijan las normas establecidas, deberán estar cerradas y preparadas para recibirlas. Y si aún no has depositado tu voto, tienes tiempo hasta las ocho para reflexionar con serenidad y ajeno a las presiones externas y promesas formuladas (que acaban incumplidas en su mayoría), rectificar tu primera decisión o lealtad a ese partido y votar otra opción que te parezca más adecuada a la realidad que vivimos y el futuro que se avecina. Porque el hecho de votar y decidir es un derecho y privilegio que tenemos los ciudadanos para imponer al candidato que más confianza y responsabilidad nos merezca, independientemente de las siglas que le arropen o acompañen, aunque evidentemente éstas influyan y bastante, desgraciadamente, en las resoluciones que pueda adoptar. El no votar, supone varias interpretaciones: Que no nos interesa Una. cuestión bastante grave, ya que hemos de entrar forzosamente en el juego donde se decide el bienestar y el futuro de nuestra Comunicad y Municipio. Si todos hiciéramos lo mismo, el gobierno de los pueblos se convertiría en un verdadero caos, mucho mayor que el que le imprimen algunos de nuestros políticos. También puede darse el caso de que no podamos hacerlo por alguna circunstancia imprevista y justificada. Y una tercera versión que tiene como fundamento el castigo y rechazo a la mala política de nuestros gobernantes y opositores, por su ineficacia, desinterés y engañosas promesas. Cualquiera de las tres, aunque el abstenernos es un derecho que tenemos todos los españoles llamados a las urnas, es nefasta para la satisfacción del gobernante que resulte elegido, que debe sentir la humillación de esos votos negados y más aún para la oposición que se ha visto descalificada en mayor proporción. Nadie sabe cual de las tres causas ha sido la mayoritaria en ese impulso o impedimento para no acudir a las urnas. Quizá sea un poco problemático para un sencillo ciudadano descifrar ese galimatías electoral que nos brinda la criticada Ley D’Hont, pero ahí está contra viento y marea haciéndonos la “cusqui” en cada convocatoria con sus desconcertantes recuentos de votos en orden a la elección de diputados. Algo inaudito en otros países, pero fijo en España como el mástil de una bandera, me figuro porque a los que la pueden modificar o eliminar no les interesa que desaparezca. Por esta ley la abstención favorece a los partidos mayoritarios. No busquen otra explicación. La otra alternativa es el voto en blanco o nulo. Cuenta para el recuento, valgan las posibles redundancias, pero no favorece al que uno no desea favorecer. Esta opción es asimismo usada como voto de castigo o rechazo, pues indica que uno cumple con sus obligaciones ciudadanas, pero no encuentra candidato o partido a quien darle su apoyo y confianza. Esta será, creo y temo, una medida bastante seguida en las actuales elecciones. De todas formas, creo que debería implantarse el sistema de listas abiertas o votación personal, de tal forma que uno pueda elegir a su candidato más idóneo, sin tener que cargar con la rémora que en la actualidad les acompaña. Sería todo más sencillo para ellos y nosotros. Así nos evitaríamos dejar de votar a un señor determinado, que nos entusiasma y resulta fiable, porque los que le acompañan en su candidatura no nos gustan o hay algunos que nos disgusta en grado sumo y por tal de no darle nuestra opción a ese individuo, dejamos de votar al que tanto nos agradaba. Yo he tenido esta experiencia más de una vez. En resumen, las urnas te esperan impacientes. Bueno, ellas no, los que esperan son los que ansían verse nominados a tan codiciados puestos de la Colectividad. Porque dicen que la política es servicio y sacrificio, pero todos la pretenden y se dejan hasta las cejas por conseguir ese escaño, prebenda o cargo. Por algo será. Vota al que en conciencia y por experiencia se lo merezca y no te dejes influenciar por cencerradas y palabrerías que a nada bueno conducen, aparte de marearte y dejarte más hundido que el famoso “Titanic”.

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