jueves, mayo 10, 2007

Felix Arbolí, El batiburrillo de la informacion

jueves 10 de mayo de 2007
EL BATIBURRILLO DE LA INFORMACIÓN
Félix Arbolí

E STAMOS viviendo tiempos muy revueltos en todos los órdenes. Nuestra existencia se desliza a un ritmo vertiginoso y cuesta abajo hacia el foso del absurdo, la irresponsabilidad y la falta de estímulo. Nada obedece a una lógica razonable. Más bien da la sensación de acatar unos extraños impulsos que intentan aborregarnos, descerebrarnos y convertirnos en marionetas de hábiles titereros (no titiriteros, ojo), que nos manejan a su antojo. El lector, televidente u oyente radiofónico desayuna con noticias y sucesos que le sorprenden y abruman, pero no por su interés o importancia, que ello sería lo normal, sino todo lo contrario, por su evidente banalidad carente de méritos para ese despliegue informativo que acapara espacios y tiempos excesivamente dilatados. Nos hemos convertido en ese extraño pollito de nuestros juegos infantiles que tras darle cuerda, iniciaba un continuo, monótono y sonoro picoteo que solo detenía cuando la llave que lo impulsaba perdía su eficacia. Insistimos una y otra vez en los mismos temas, a todas horas, en todas las cadenas y medios de comunicación, tertulias y cotilleos, como si en ello nos fuera la vida o no tuviéramos problemas o asuntos más serios y preocupantes. Y tanta insistencia nos resulta tremendamente cansina, agobiante y odiosa. Convertimos al personaje tan baqueteado, ajeno a esa machaconería e incluso víctima obligada de la misma, en persona “non grata” de nuestra consideración y simpatía. Tenemos claros ejemplos de lo antes dicho en la actualidad y los tuvimos antes y los tendremos posteriormente porque el hombre siempre es fiel a sus errores y firme en su cabezonería. Al episodio del 11 M, con su macro juicio, que va a durar más que la Catedral de la Almudena, (posiblemente lo terminen los nietos de los actuales jueces, aunque ya no existan presuntos condenados), tenemos el asunto de la ilegalizada Batasuna. Otro miura de reconocida bravura y peligrosos pitones que resiste ansioso de lucha y ávido de muerte, a los capotazos, envites, banderillas y puyazos que les largan algunos políticos y escasos jueces. Simples alguacilillos de esa lidia enconada en la que nadie logra asestar la estocada definitiva. Hay mucha fiereza y resabio en ese animal que se revuelve furioso una y otra vez en cada intento, aumentando incluso su fuerza y su bravura, en detrimento del persistente matador. Y la prensa, la radio y la televisión adornan la crónica de ese machacado espectáculo con las consignas recibidas de su amo y señor que pretende única y aviesamente reflejar su exclusiva verdad. Una treta que el infeliz lector, poniendo a prueba sus tragaderas, tendrá que engullir y digerir. Lo que era una simple culebrilla, se transforma por obra y gracia de estos deformadores de la realidad en un soporífero e interminable culebrón. En tiempos de los antiguos romanos se distraía al pueblo con el famoso “panem et circus”, donde los espectáculos ofrecidos en el Coliseum, no siempre eran ajenos a la sangre, el dolor y la muerte, con la idea de impedirle pensar sobre los asuntos realmente graves que amenazaban al imperio y las abusivas experiencias de un mal gobierno. En tiempos de Franco, y éstos los viví en repetidas ocasiones, se organizaban partidos de fútbol con el Real Madrid, el equipo mimado del Régimen y que le servía de eficaz amuleto para espantar murmuraciones y contrarrestar males de ojo en la política gubernamental. Igualmente se usaron las demostraciones lúdicas del único sindicato permitido, el llamado vertical, como hábiles somníferos de la conciencia y evitación de posibles complicaciones en la fiesta del trabajo que en esos tiempos, bajo la égida del ministro José Solís, llamado “la sonrisa del Régimen” por la permanente exhibición de su blanca dentadura, se transformó en el día de San José Obrero. Una fiesta instituida por Pío X11 en 1951 y que Franco adoptó rápido. No han cambiado mucho los tercios en la actualidad. Se nota que estamos en plena feria de San Isidro. Hoy el Real Madrid con toda su carga de gloria, copas y brillante historial –conste que soy atlético-, no sería capaz de eliminar por completo críticas, comentarios y preocupaciones de un pueblo más crecidito y preparado. A pesar de sus miles de seguidores Un derby, un encuentro internacional, la copa de Europa y mucho más aún, si se llega a la final de una competición, es el único acontecimiento que puede convertirse en atracción de multitudes y obligado tema de reuniones, centros de trabajos, bares y tertulias, pero a pesar de la fuerza que genera el mundo del fútbol, hacen falta más incentivos para entretener al pueblo, lo que traducido a términos taurinos se llamaría “llevar el toro al terreno propicio al matador”. Y en ayuda del avispado e inepto político, corrupto empresario o potentado que no le interesa rodearse de mentes ociosas y de tantos indeseables que detentan poder e influencias gracias a la estulticia de los más, se eligen seriales interminables de temas escabrosos y que crean adición en el “masoca” que muchos llevan dentro, en unión de los programas mal llamados del corazón, pues quedan bastante más abajo de este órgano, que entusiasma a las mayorías y les hacen sentirse muy cerca del “nirvana”. España sigue siendo el país de la pandereta y la peineta. Y son muchos los protagonistas de esos circos ambulantes que recorren nuestra geografía en programas que se repiten y multiplican embruteciendo a la masa y raspándoles la escasa cultura que aún les quedan. Y muy diversos y abundantes también los lugares donde aprendices de paparacis, busconas, aspirantes a putitas de lujo, famosas del bisturí y los remiendos corporales, proxenetas encubiertos bajo apariencias de hombres serios y fiables, intrusos de una profesión que se siente denigrada en esos foros, y otros individuos de similar o peor calaña, se sienten protagonistas de multitudes y objetos de sus más turbios deseos. Lo más sorprendente es que vista esta reiteración y la escasa variedad de temas expuestos, parece que vivimos en una especie de Jauja, donde el “a falta del pan, buenas son las tortas”, se ha convertido en una consigna generalizada. Como si no tuviéramos problemas realmente importantes que exponer a la curiosidad y consideración del lector, radioyente o televidente. Aquí no pasa nada. España va bien. No hay problemas que resolver, ni obligaciones que cumplir. Todos vivimos felices y no tenemos motivos para sentirnos preocupados. Así que como la política está en muy buenas manos, la economía vive sus mejores momentos y la ciudadanía está relajada y libre de prejuicios y perjuicios, vamos a tocar temas que resulten interesantísimos a todos. Que los mantengan atentos a su desenlace y los hagan vivir en continua zozobra e inquietud, pensando en la buena o mala suerte del personaje en cuestión que ocupa profusamente los espacios de la comunicación y mantiene al publico amante del cotilleo en un permanente estado de concentración y entusiasmo. Hay que buscar la presa donde y como sea. Que no se escape. Si hace falta se mantiene una vigilancia continua en su entorno. Es muy importante captarle en todos sus momentos: cuando respira hondo, si llora, si ríe con fuerza o apretando los dientes, si besa al cartero que le lleva las cartas, si se liga al fontanero que intenta desatascar su cañería, etc, etc. Todo vale para dejar satisfecha la voracidad de esas fieras que esperan ansiosas les echen los trozos de carne, cuanto más grandes mejor. ¡Pobre Humanidad sumida en un foso cada vez más profundo!. El nacimiento de la hija de los Príncipes, es asunto para todos los programas y toda la semana. Hemos presenciado una y cien veces en distintos canales y espacios, las llegadas de unos y otros que acudían al hospital a darles la enhorabuena a los felices padres, aunque muchos de los protagonistas de esa feria de las vanidades, no albergaran en la profundidad de sus sentimientos apego alguno a lo que representaban las personas a las que iban a adular. Bien está que se de una noticia de esta importancia. Es periodísticamente correcto. Lo que no me parece oportuno, ni hace simpático a sus protagonistas, aunque ellos sean ajenos a este intento de exprimir el limón al máximo, es que te la den en el desayuno, la comida, la sobremesa, la merienda, le cena y hasta en las horas donde las personas normales están muy lejos de la realidad. Y al día siguiente, idem de lo mismo. Y al otro, una nueva repetición, por si alguno aún no se había enterado de tan feliz acontecimiento. ¡Que falta de imaginación e ineptitud para encontrar nuevos temas!. Alternando con el parto de la Princesa, aunque salvando las distancias, la detención de Isabel Pantoja, la folklórica que aún nos queda en esta España de claveles y faralaes. Fotos y comentarios repetidos hasta la saciedad, sin mover una sola coma, ya que el asunto no les daba para más. Su noche hospedada en el calabozo, nada que ver con los cinco estrellas a los que estará acostumbrada y su comparecencia ante ese Juez que se ha convertido en una especie de Charles Bronson “justiciero” en la asolada y esquilmada Marbella. Y ante la carencia de noticias para llenar tantos espacios al asunto dedicados, un recorrido por la vida de la artista, donde solo se ha echado de menos su boda con Paquirri y su desafortunado percance y dolorosa viudedad, esa parte de su biografía que hizo emocionar a toda España. Pero eso sería echar flores sobre un campo encharcado. Somos aves de rapiña, auténticos carroñeros, que buscamos con avidez el fétido olor de la podredumbre para satisfacer a esa mayoría no acostumbrada a la fragancia de un buen perfume. Y tenemos Pantoja para rato. Unas defendiéndola y arriesgándose al máximo por confirmar su inocencia. Otros y otras, aprovechándose del árbol caído para terminar de rematarlo, con sus ácidos comentarios, sus verdades y calumnias. Y la masa feliz y satisfecha con el tremendo resbalón de la famosa a la que muchos de los que hoy la denigran y se alegran de su infortunio, ayer la aplaudían y aclamaban con los más encendidos piropos. ¡Y aún no ha sido condenada1. Está en ese utilizadísimo “presunto” tan de moda en los asuntos judiciales. Lo que si me ha sorprendido es que en unas pocas horas, mediante colecta entre amigos se llegara a reunir los noventa mil euros de fianza en metálico. Más aún, que los sobrepasaron. ¿Dónde están esos amigos a los que en mis largos años de vida nunca he encontrado?. Aunque, gracias a Dios, tampoco me he visto en esa difícil situación. ¿De verdad que es posible reunir tal cantidad de euros en unas horas y entre un pequeño grupo?. ¡Cuantas fortunas escondidas y camufladas!. No se ha dicho quienes eran esos afortunados que se desprenden de tal cantidad, sin tener hipotecarse o empeñar la joya familiar. Al socaire de este tema, su enamorado “don Julián”, que nada tiene que ver con el de Zorrilla o el de Tirso de Molina, aunque todos ellos anden metidos en asuntos de faldas, se ha declarado en huelga de hambre. Un procedimiento puesto de moda entre la población carcelaria por ese “benefactor de la Humanidad” llamado De Juana, con tan excelente resultado y que se va a convertir en la panacea y el mejor de los abogados para todos los presos españoles. Nada extraño, ya que si esa treta sirvió para echar a un criminal a la calle, deberá servir con más fundamento para dejar libre a ese chorizo que robó en un “super” porque tenía hambre o sufría del “mono”. ¡Vamos, digo yo!. Julián no sufre del “mono”, su padecimiento es del corazón, donde tiene enquistada a su amada Isabel. Romántico que es el muchacho. Dice que no come en protesta por la detención de esa moza que le tiene absorbido el seso (con ese). No se hasta cuanto durará ese ayuno nada cuaresmático, porque la detención no puede retroceder y anularse. Ya está hecha y como dicen en las películas “pendiente de que se celebre el juicio”. ¡Ay Julián, que no estamos para esos trotes, pues como sigas así vas a perder hasta el bigote al no encontrar espacio donde asentarse!. Tu lo que debes hacer es portarte muy bien, o hacerte de la ETA, y ya verás como todo se arregla. A los quince días paseando con la chavala y hasta con escolta. ¿Hay quien ponga orden y concierto en este batiburrillo en el que hemos convertido la actualidad en nuestros medios de comunicación?. ¿Hay alguno fiable?. Son preguntas, no afirmaciones, no vayamos a fastidiarlo a última hora.

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