lunes, mayo 21, 2007

El PSOE traicionó al Gobierno, y ahora corrompe las instituciones

El PSOE traicionó al Gobierno y ahora corrompe las instituciones
Santiago Abascal

Como siempre, ETA ha acabado dejando con las vergüenzas al aire a quienes chalanean con ella, dialogando a espaldas de los otros firmantes del Pacto Antiterrorista.

21 de mayo de 2007. Siempre ocurre lo mismo. Tarde o temprano ETA-Batasuna termina publicando los secretos, confidencias y promesas de aquellos irresponsables e incautos que se acercan a la banda para dialogar. Esta vez ha sido igual. Tras meses y meses negando los contactos con ETA-Batasuna, ahora, de sopetón, los terroristas desvelan a través de su altavoz (el Gara) la existencia de 25 reuniones con representantes del PSOE, a los que dejan con las vergüenzas –literalmente- al aire de la opinión pública en época electoral. No ha habido desmentido sobre la publicado por el Gara, que ya avanza nuevos capítulos y exclusivas del culebrón entre los socialistas y los etarras. Pero lo más grave no es –aun siendo muy grave- que el PSOE haya engañado a los españoles negando estos contactos durante los últimos años. Lo verdaderamente grave es que los contactos para entablar una negociación política se produjeran simultáneamente al ofrecimiento de Zapatero a Aznar de un Pacto Antiterrorista que acabara con la banda. Hoy sabemos que Zapatero nunca creyó en ese pacto contra ETA, que era simple propaganda electoral socialista. Hoy comprendemos por qué Zapatero ha violado el pacto en cuanto ha tocado el poder. Hoy tenemos la certeza de que ZP nunca creyó en el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo porque Zapatero estaba comportándose como el más taimado y desleal de los traidores con el Gobierno de España y con el conjunto de los españoles. Y sobre todo, ahora comprendemos por qué Zapatero ha necesitado corromper las instituciones españolas hasta límites insospechados. Porque necesitaba aplacar a unos terroristas que tenían demasiada información sobre la traición socialista. Por eso Zapatero ha tenido que humillar al Congreso de los Diputados forzando la aprobación de una resolución que anunciaba la rendición del Estado, por eso ha tenido que convertir al Gobierno en un enemigo de más de media España, por eso ha tenido que desprestigiar a la justicia española, y por eso ha tenido que nombrar a un sujeto absolutamente arbitrario como Fiscal General del Estado. Hoy De Juana pasea por la calle, ETA está en los ayuntamientos y el separatismo acaricia Navarra con los dedos. Ése es el precio de la traición de ZP y de la arbitrariedad de Cándido. ¿Para qué decirlo con eufemismos?

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