martes 29 de mayo de 2007
CRÓNICAS COSMOPOLITAS
Tranquilidad en el frente
Por Carlos Semprún Maura
La corresponsal de El País en Le Figaro, Diane Cambon, es más entusiasta con la "victoria" de Zapatero en las elecciones de ayer que el propio diario de Polanco: mientras éste, en su editorial de hoy, habla de "casi empate", la agente de Prisa en el diario conservador francés afirma que el señor Rodríguez sale reforzado los comicios.
La radio estatal France-Info reconoce una modesta victoria del PP, y todos señalan que ha habido una abstención cuatro puntos superior a la registrada en las municipales y autonómicas de 2003; pero como nadie da la abstención de entonces, no deja de ser una información truncada. Por lo demás, nadie habla en Francia del desastre que se anuncia en Navarra.
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Después de tres semanas de vacaciones en Túnez, Ségolène Royal se ha dado una vuelta por sus tierras de La Rochelle. Más agresiva que nunca, afirma que la victoria está en la punta del fusil: como Sarkozy ha mentido, dice, los franceses terminarán por darse cuenta, le tumbarán... y aquí estoy yo.
Ella podrá estar, o no; el que no está es su partido, que ni siquiera hace campaña, ensimismado con su ombligo y sus problemas internos. François Hollande ha anunciado que en el próximo congreso del PS no se presentará como candidato a la reelección como primer secretario. ¡Bien largo nos lo fiáis!, pues se prevé que el susodicho congreso tenga lugar en noviembre de 2008.
Muchos están convencidos de que la candidatura de Ségolène fue un error, pero no hay acuerdo alguno para designar otro líder y futuro candidato. Los socialistas se pelean y se quejan a puerta cerrada. Todo parece presagiar que las legislativas se convertirán en uno de los mayores descalabros electorales del PS.
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Los socialistas se están dedicando exclusivamente a criticar a Sarkozy y a insultar soezmente a los "traidores" que le apoyan y hasta aceptan ser ministros en su Gobierno, al que se han incorporado cinco socialistas –el más conocido de ellos, Bernard Kouchner– y uno de la UDF, Hervé Morin, que fue lugarteniente de Bayrou hasta ayer por la tarde.
Son para morirse de risa, los chillidos e insultos de los antisarkozystas contra estos "bellacos", que, dicen, se han vendido por un plato de lentejas. Según ellos, son meros potiches, pues "el verdadero poder está concentrado en el Eliseo". ¿Es que no se han enterado de que los franceses han elegido democráticamente a Sarkozy para que gobierne, no para bailar el chachachá?
El apoyo a Sarkozy supera con creces las ambiciones personales de un puñado de personas. Numerosos intelectuales con etiqueta de izquierda, y las encuestas, que son mucho más importantes, conceden a aquél un respaldo mayor que el obtenido por cualquier otro presidente recién elegido, excepción hecha del general De Gaulle. Pero es que además, según se desprende de los mismos sondeos, entre el 65 y el 70% de la población aprueba la presencia de Kouchner, Morin y demás renegados en el nuevo Gobierno. Las legislativas darán a Sarkozy una mayoría parlamentaria.
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