miércoles, junio 06, 2007

Jose Oneto, ETA, ZP se decide por un "plan B"

miercoles 6 de junio de 2007
ETA: Zapatero se decide por un “plan B” José Oneto

El Gobierno parece haber aprobado un “plan B” en la reunión que en la noche que terminó la tregua de ETA tuvo lugar en el Palacio de la Moncloa y a la que asistieron el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho; el director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, y los directores adjuntos operativos de la Policía y del Instituto Armado, Miguel Ángel Fernández Chico y José García Varela.
Zapatero, que en su momento fue acusado hasta por el propio Felipe González de carecer de un plan alternativo en el caso de un fracaso de su controvertido “plan de paz”, parece que, en esta ocasión, sí ha entendido el clamor de la calle, que le pide firmeza, y la petición de la oposición, que le exige rectificación.
La primera decisión de esa cumbre de la Moncloa, dictada más por el sentido común que por razones judiciales, afecta al terrorista Iñaki de Juana Chaos, el asesino que más espacio mediático ha ocupado en la historia de ETA, que, en contra de lo que tenía decidido el Gobierno, volverá a prisión a cumplir los meses que le quedan de condena, y no a su domicilio con una pulsera telemática, que además se niega a llevar porque (y es una opinión personal con la que nadie está de acuerdo) el no es un “perro”.
La segunda puede afectar el jueves al dirigente de Batasuna Arnaldo Otegi, que se enfrentará en el Tribunal Supremo con una nueva condena por enaltecimiento del terrorismo que le puede llevar a prisión, ya que tiene otra condena por insultos al Jefe del Estado.
La tercera decisión influirá, en el futuro, sobre Acción Nacionalista Vasca (ANV), algunas de cuyas listas fueron legalizadas por el Supremo y el Constitucional y han ganado en algunos ayuntamientos de Navarra y de Guipúzcoa. Frente al criterio de que era desproporcionada su total ilegalización, parece que se ha impuesto otro totalmente distinto que puede terminar en la Sala 61 del Supremo, la que interpreta la Ley de Partidos. La pista la ha dado el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, poco antes de terminar la reunión de la Moncloa: “Hay que examinar atentamente lo que se produce en el día a día porque a los tiempos cambiantes probablemente haya que dar soluciones diferentes”.
Y la cuarta puede dar resultado en los próximos días si las fuerzas de orden público tienen suerte y tiran de varios hilos, perfectamente controlados, que pueden conducir al éxito de importantes operaciones policiales. La clave de la cumbre que se celebró en la Moncloa, sobre todo ante la insistencia del ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, distanciado en los últimos meses de Zapatero, la dio el propio presidente del Gobierno en su intervención del “día después” en el Senado respondiendo a un comentario del portavoz popular Pío García Escudero.
Para el presidente, en estos momentos hay que conseguir por encima de todo “la unidad de las fuerzas democráticas”, y para eso dijo que piensa usar “la misma firmeza y determinación que he tenido para buscar la paz que para combatir las amenazas y la violencia de ETA”. Esa firmeza ante ETA a la que en ningún momento se refirió en su declaración institucional de la Moncloa (una declaración edulcorada en la que se quiso seguir el mismo patrón e idénticas frases que la declaración de Aznar en la ruptura de la anterior tregua en noviembre de 1999) no deja de ser un gesto hacia Mariano Rajoy con la vista puesta en la reunión del próximo lunes en el Palacio de la Moncloa. Una reunión que no se entiende muy bien por qué tarda tanto tiempo en celebrarse.

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