martes, junio 05, 2007

Florentino Portero, El 11-S no fue una anecdota

martes 5 de junio de 2007
El 11-S no fue una anécdota

POR FLORENTINO PORTERO
El fallido atentado contra el aeropuerto John F. Kennedy ha puesto sobre el tapete la cuestión de la seguridad interior en Estados Unidos. La Guerra de Afganistán desarticuló el mando central de Al Qaida, dando paso a una nueva etapa caracterizada por la emergencia de mandos regionales y de células autónomas.
Pero esta dispersión no necesariamente implica pérdida de capacidad operativa. La sofisticación del intento felizmente frustrado pone de manifiesto tanto la ambición de producir un atentado de dimensiones extraordinarias como la disposición a emplear el tiempo y los medios necesarios para lograrlo.
Un hecho así no podía quedar fuera del debate político. En el segundo encuentro de los candidatos demócratas, en esta ocasión en New Hampshire, tanto la Guerra de Irak como los logros del presidente Bush en materia de seguridad fueron objeto de debate. Lo único que quedó claro es que están en contra del Presidente y que quieren salir lo antes posible de Irak, pero no mucho más. Los que votaron en contra de la guerra, como Obama, quieren recoger los réditos de la inversión.
Los que buscan el voto populista y radical, como Edwards, proclaman su arrepentimiento por el error cometido y enarbolan con pasión la bandera de la retirada. Quienes aspiran a lograr la Presidencia desde posiciones moderadas tratan por todos los medios de no aparecer como derrotistas, traidores a la sangre derramada e incapaces de mantener un pulso con quienes amenazan la seguridad nacional. La senadora Clinton continúa sin arrepentirse públicamente por haber votado a favor de la guerra y salió cual rayo en defensa del Presidente cuando se puso en duda la utilidad de las medidas aprobadas para proteger el país.
La amenaza terrorista es tan real como que la retirada de Irak supondrá la victoria de Al Qaida. El 11-S no fue un hecho anecdótico, sino parte de un conflicto de grandes dimensiones que, guste o no, va a caracterizar como poco los primeros decenios del recién comenzado siglo y, desde luego, las elecciones norteamericanas.

No hay comentarios: