Edurne Uriarte, El show del riñon

martes 5 de junio de 2007
El show del riñón

POR EDURNE URIARTE
Los más escépticos observadores de la consistencia moral de la naturaleza humana captaron pronto las posibilidades degenerativas de los espectáculos de la telerealidad. Predijeron que pronto asistiríamos a malos tratos, violaciones, suicidios o asesinatos. Después del show del riñón de la televisión holandesa, hay que admitir que su pesimismo está bien fundado.
Entiendo que los espectáculos de los eructos, las palabrotas, los culos, las vísceras y ahora los riñones tengan éxito. Allí y aquí, la fórmula funciona porque las ansias lucrativas de negociantes de pocos escrúpulos se acoplan perfectamente con ese pequeño voyerista, sádico o simplemente cotilla que al parecer los humanos llevamos dentro. Y nunca faltarán voluntarios que vendan su alma al ridículo con tal de conseguir notoriedad televisiva.
Me sorprende más que esos negociantes sean capaces de hacer pasar la vejatoria mercancía por causa noble. Y en el caso holandés han tenido un notable éxito con la artimaña de que lo hicieron para concienciar a los ciudadanos sobre las donaciones. El montaje publicitario me recuerda a esos personajes femeninos que viven de sus desnudos, por causas nobles, o, en su defecto, porque les roban las fotos.
Quizá estemos dispuestos a creernos cualquier cosa con tal de seguir dando rienda suelta a nuestros más inconfesables instintos sin mala conciencia. O bien la ingenuidad de la naturaleza humana es bastante mayor que su lado oscuro. Muchos ciudadanos se han tragado la publicidad humanitaria del show del riñón. Con la misma facilidad que lo de las fotos robadas de las negociantes del desnudo.