Jose Javaloyes, Moratinos y el terrorismo islamico

jueves 2 de agosto de 2007
Moratinos y el terrorismo islámico José Javaloyes

La incursión de Miguel Ángel Moratinos por el laberinto de Líbano y Siria —en el curso de un programa de seis días que ha incluido la entrevista en El Cairo con el secretario general de la Liga Árabe, Amor Musa— había de tropezar, necesariamente, con los más variados escollos políticos y periodísticos. Lo menos que cabe decir de ese escenario por el que se ha adentrado es que se trata de un campo de minas. Si por un lado la prensa libanesa le atribuyó declaraciones inculpatorias contra Siria, como supuesta instigadora del atentado con coche bomba en el que murieron seis soldados españoles de la Finul, por otro se le ha censurado por entrevistarse con Naim Qassem, el número dos de Hezbollah: organización armada de inspiración chií y tenida como terrorista por Washington, aunque no por la Unión Europea.
Va contra toda lógica, en primer lugar, que el ministro de Asuntos Exteriores acusara a Siria de un suceso tan grave en la misma víspera de su visita a Damasco. Alguien diría que ni al propio Moratinos, pese a su demostrada propensión al patinaje en materias tan delicadas como las que afectan a la relación diplomática con Estados Unidos. Cosa que pienso no ocurrió ahora con este encuentro.
Sabido resulta que Líbano es cuestión laberíntica, intrincada como pocas, en el muy complejo Oriente Próximo. Las sectas y las facciones actúan y se combinan, en sus relaciones de poder, de las más diversas maneras. Pero, con todo, parecen prevalecer dos bloques o alianzas de un tiempo a esta parte: la del que está con Siria y el de los que van contra Damasco. La gente de Hezbollah y sus adeptos tienen, a su vez, el apoyo de Siria, y también el de la República Islámica de Irán.
Esa gente de Hezbollah —materia viva del problema con que tiene que lidiar la fuerza internacional de la ONU, en la que se integran los 1.200 soldados españoles, para preservar el alto el fuego tras la guerra de los cohetes con Israel hace un año— es gente que condenó el atentado, atribuido por todas las fuentes al terrorismo de Al Qaeda: factor nuevo en el embrollo libanés. Por eso urge deslindar conceptualmente que son unos y otros, “alqaedanos” y “hezbolíes”.
Al Qaeda es terrorismo integrista (de los musulmanes suníes) y Hezbolá es integrismo (de los musulmanes chiíes) con prácticas de violencia armada que Estados Unidos considera terrorista, pero no la Unión Europea. La diferencia es importante entre unos y otros. La violencia terrorista es algo sustantivo en los seguidores de Ben Laden, mientras que resulta adjetivo en los de Hezbollah, aunque éstos compartan con los otros sustantividad en la enemiga contra Israel. Pero ambos son diferentes. Hay que reconocerlo en los análisis y no se debe lamentar su doble presencia y su recíproca animadversión. En cierto sentido, una organización islamista para la otra son cuñas de muy parecida manera.
Si sale adelante la conferencia internacional de los árabes con Israel, será porque previamente se ha hecho un trabajo de campo en Oriente Próximo como el que realizan al alimón, en este caso, las diplomacias de España y Francia. Mientras tanto, para ello, hay que hablar con todos en Oriente Próximo. Excepto con el terrorismo de Al Qaeda.
jose@javaloyes.net