jueves 2 de agosto de 2007
Capitalismo y tráfico de influencias
POR DARÍO VALCÁRCEL
FUERTES pérdidas en los mercados hipotecarios americanos, sobre todo en el Subprime Mortgage, créditos inmobiliarios de riesgo. Crecen los fallidos familiares y caen los fondos especulativos. La Bolsa de París retrocede el 6 por cien y acaba en dos días con las ganancias del año. Londres, Frankfurt, Tokio, Hong Kong, la siguen. El jueves último, el índice Dow Jones bajaba desde 14.000 a 13.400 puntos. Las viviendas vendidas en EE.UU. pasarán de 7.5 millones el año pasado a 5.5 millones en 2007. La macroeconomía, mundo magmático, se complica cada día. Los términos psicología e intuición reaparecen sospechosamente en cada crisis. Quienes ignoramos casi todo en materia económica leemos tres lecciones. La sustancia de esa pretendida ciencia es el dinero. Dinero significa muchas cosas, desde un cuadro de Van Gogh hasta un reactor termonuclear: todo se mide en dinero. Como mil ríos, todos van a dar a la mar que es el vivir. El arte y la ciencia, las armas y la droga, la guerra y la paz, la cuenta de la cocina o la del fontanero. Dinero, lo que se llama dinero, organizado, visible, existe en Norteamérica, Europa y Japón: Cataratas de liquidez, dividendo de 60 años sin guerra dentro de sus fronteras. China empezaba a emerger como gran potencia capitalista al acabar la década anterior. India viene detrás, pero viene. El resto es estrechez, desorganización, opacidad y corrupción sin control.
No es posible hablar de dinero sin unas reglas básicas, no matar, no robar, no codiciar los bienes ajenos... Primera lección, de Alan Greenspan, gobernador de la Reserva Federal americana durante 18 años: las empresas especializadas en el Leverage Buy Out, adquisiciones apalancadas, corren el riesgo de matar el capitalismo, viene a decir Greenspan. Se apunta a un objetivo, se aporta una parte del dinero, se lanza una opa... Luego, la compañía adquirida garantizará los préstamos para pagar la deuda. Han inventado ustedes un crecimiento artificial, basado en el bajo coste del dinero. El crecimiento real, físico, pierde terreno frente a lo virtual: esto es muy peligroso. El globo de la deuda crece sin cesar. La economía real se fragiliza. Creo dijo Greenspan, que el coste del dinero no va a permanecer bajo; si sube, el índice impositivo máximo de las empresas, 35 por cien, empezará a presionar sobre el conjunto de la economía americana. Qué tiene esto que ver con la compra del Wall Street Journal por Rupert Murdor? Nada y todo. Estamos ante una catástrofe para el sector. Murdor, un tycoon tendente a confundir información y manipulación, transformará una de las voces menos dependientes de la prensa americana hasta hacerla irreconocible.
Segunda lección: el ministro de Hacienda alemán, Peer Steinbrück, advierte contra la moda llegada de la bolsa americana, vivir solo atentos a los resultados del trimestre. Una verdadera empresa, dice Steinbrück no puede vivir sometida solo al corto plazo. Es otro mal camino para el capitalismo. Las estrategias empresariales se proyectan a 10,15 ó 20 años. No es lo mismo una compañía bien gestionada (con beneficios y plusvalías) que una buena compañía, al servicio de sus accionistas pero también de sus clientes, de sus usuarios. Un ejemplo es el apagón de Barcelona. Hay, naturalmente, que ganar dinero. Pero no solo.
La tercera lección viene del presidente del Brasil: Lula, un pragmático venido de la izquierda, que es hoy defensor de la economía de EE.UU. Todo Estado respetable, declara Lula, ha de ser capaz de recaudar impuestos: en Brasil el porcentaje no puede quedar bajo el listón del 30 por cien, en ningún caso. Una administración capaz de recaudar es una respetable administración. Una administración impotente para recaudar es una administración sin fuerza. Las democracias occidentales se caracterizan por su capacidad para producir y recaudar.
Son tres observaciones en la misma dirección. El capitalismo moderno, organizador del comercio, nacido en el eje italo-flamenco en el siglo XIV, avanza desde hace 700 años en terreno minado. Son tres reglas conexas y de universal aplicación, como el sistema métrico decimal. A partir de un determinado nivel, tráfico de influencias y capitalismo moderno se hacen incompatibles. Muchos españoles se habrán sentido avergonzados, abrumados, por la fotografía de José María Aznar con un constructor norteamericano, introducido, como la cosa más natural del mundo, al presidente argentino, Nestor Kirchner.
miércoles, agosto 01, 2007
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