miércoles, junio 06, 2007

Zapatero pide ahora una unidad que él quiso romper

Zapatero pide ahora una unidad que él quiso romper
Elsemanaldigital.com

6 de junio de 2007. ETA anunció ayer martes que desde hoy dejará de respetar el "alto el fuego permanente" que declaró el 22 de marzo de 2006. Este comunicado de la banda terrorista ha suscitado una oleada de reacciones políticas, ya que el "proceso de paz" que el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero emprendió con los abertzales ha encallado. Ante todo, conviene no perder de vista que ETA no ha hecho más que rubricar una decisión ya tomada: durante estos quince meses la banda se ha reorganizado y rearmado, ha formado nuevos comandos, se ha financiado mediante la extorsión, ha proseguido la violencia callejera causando incluso un muerto y el 30 de diciembre de 2006 voló la T-4 del aeropuerto de Barajas, con otros dos asesinatos en su ya larga lista. Todas estas cosas sucedieron durante el "alto el fuego" y no impidieron que el Gobierno y el PSOE mantuviesen contactos políticos con ETA. Zapatero cumplió ayer con sus obligaciones institucionales mínimas, al pedir desde La Moncloa "la estricta aplicación del Estado de Derecho", para acabar con ETA con "la eficacia de las fuerzas de seguridad" y con "la cooperación internacional", partiendo de la "unidad de los partidos democráticos". Todos esos deseos son los que corresponden a un presidente del Gobierno de España, y ninguna fuerza política democrática puede volverles la espalda. El verdadero problema para Zapatero es que él heredó en 2004 un país que había logrado esas metas, que había acorralado a ETA, y sus decisiones han ido hasta hoy en la dirección opuesta. En su entrevista de próximo lunes el líder del PP y de la oposición, Mariano Rajoy, debe tender una mano a Zapatero para restablecer la unidad antiterrorista. Así lo exige la lucha contra ETA y así lo quiere el pueblo español. Pero Rajoy no puede desaprovechar la ocasión de recordar que ya existía una unidad contra ETA que agrupaba a la inmensa mayoría de los ciudadanos, que esa unidad había llevado a la banda abertzale al borde de la extinción, y que fue precisamente Zapatero quien rompió el Pacto por las Libertades al acercarse a los firmantes del Pacto de Estella y al dar pie al mal llamado "proceso de paz". La unidad es una exigencia de este momento. Como ha dicho por ejemplo el Secretariado confederal de CCOO "ninguna fuerza democrática, ningún ciudadano o ciudadana de bien puede mantenerse al margen de la respuesta firme y unitaria al terrorismo". Pero la unidad no puede suponer olvido de las responsabilidades de Zapatero: lo que hasta ahora ha sido esta legislatura se debe a decisiones del presidente, y éste debe garantizar que va a rectificar, que piensa volver al Pacto Antiterrorista para derrotar a ETA y debe resolver coherentemente con él tres asuntos que tiene a la espera, es decir devolver a prisión al terrorista Iñaki De Juana Chaos para que cumpla el año de condena que tiene pendiente, en segundo lugar enmendar su actitud benevolente hacia la presencia de PCTV y ANV en las instituciones y, en tercer lugar, dejar claro si piensa seguir adelante con un polémico acuerdo con los abertzales que pondría Navarra en manos de NaBai. La sinceridad del presidente podrá comprobarse en esos asuntos.

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