miércoles, junio 06, 2007

Tiananmen y porque China no va a reducir sus emisiones de carbono

miercoles 6 de junio de 2007
Tiananmen y porque China no va a reducir sus emisiones de carbono Shaun Riordan

Esta semana ha visto el decimoctavo aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen. Durante la noche de 3 al 4 de junio de 1989, el Ejército Popular de Liberación aniquiló el movimiento prodemocrático chino. Aunque ese movimiento había empezado con las manifestaciones de los estudiantes después de la muerte del antiguo líder del Partido Comunista Hu Yaobang, para esa noche parecía haberse convertido en una expresión popular del deseo para la democracia y los derechos humanos. Sin embargo, las cosas no siempre son como parecen, y en la Plaza de Tiananmen nacieron muchos mitos que siguen hasta hoy. Desmentir estos mitos no es popular. Se corre el riesgo de ser acusado de apologista del Gobierno chino. Pero se tiene que hacer si la China actual se va a entender bien.
El primer mito es que el Ejercito Popular de Liberación cometió una masacre de los estudiantes en la Plaza de Tiananmen, en la que murieron cientos, si no miles, de estudiantes. Esta masacre no se produjo, y no se produjo por una razón sencilla. En un país comunista como China no existe igualdad de oportunidad educativa. Los estudiantes chinos, y especialmente los estudiantes de universidades como Beida y Qinghua, no eran los hijos de campesinos u obreros, sino de la élite del ejército y del Partido Comunista (uno de sus líderes, por ejemplo, Wu Er Kaixi, era el hijo de un líder comunista en la provincia de Xinjiang). Incluso gobiernos comunistas no suelen matar a los hijos de sus propios altos cargos. Estudiantes sí murieron esa noche, pero pocos. La mayoría de las víctimas era el pueblo de Pekín, matada en las vías de acceso de la plaza.
El segundo mito es que las manifestaciones que provocaron la masacre de Tiananmen representaban una expresión espontánea de la voluntad democrática del pueblo chino. Las manifestaciones tuvieron su origen en las malas condiciones de las universidades en Pekín. Se añadió el tema de la corrupción del Gobierno y del Partido Comunista entonces. El lema de la democracia y los derechos humanos fue adoptado bastante tarde. Los principales disidentes prodemocráticos chinos de esa época, por ejemplo el físico Fang Lizhi, quedaron marginalizados durante todas las manifestaciones.
Tampoco las manifestaciones eran tan espontáneas como parecían en la prensa occidental. Mientras el oeste miraba los estudiantes, la verdadera historia se realizaba en el politburó del Partido Comunista. China tenía problemas económicos. La inflación estaba fuera de control. El liderazgo del partido culpaba al entonces secretario general Zhao Ziyang y decidió despedirle. Zhao vio las denuncias de los estudiantes contra la corrupción como una oportunidad (aunque irónicamente Zhao era uno de los líderes más corruptos, con su entrenador particular de golf). Intentó usar las manifestaciones para echar a la vieja guardia de Deng Xiaoping y para rescatar su propia carrera política. En el proceso casi escindió tanto el Partido Comunista como el Gobierno y el Ejército. La declaración de la ley marcial y la masacre de Tiananmen fueron la respuesta de Deng para mantener la unidad nacional.
Esta historia es importante para entender por qué las predicciones de los expertos sobre China se equivocaron, y cómo está la política china hoy. Muchos expertos occidentales predijeron que la represión de Tiananmen representaba una vuelta al comunismo más duro, que la lucha para la democracia seguiría y que tarde o temprano la presión democrática sería demasiado fuerte para el Partido Comunista, que perdería poder. Sin embargo, la represión duró poco y Deng Xiaoping rápidamente volvió a las políticas de reforma económica. Los estudiantes que quedaron en China (la mayoría de sus líderes escapó al oeste) abandonaron la política por el negocio. El desarrollo económico chino en los últimos años ha sido aplastante. El Partido Comunista queda en el poder. El 4 de junio del 2007 se celebró en Shangai la “Feria de los Millonarios”, donde los artículos de lujo se venden a los nuevos ricos chinos.
La complicada historia de Tiananmen, la medida en lo que la consecuente represión cayó en las “clases criminales” (por ejemplo, negociantes turcos del mercado negro en Pekín) y no en los estudiantes o los demás manifestantes, y la medida en lo que la mayoría de los chinos entendía como China casi se había fragmentado, todos permitían que el Partido Comunista Chino pudiera conseguir un nuevo pacto no escrito con su pueblo: el Partido Comunista podía quedar en poder siempre que garantizara la estabilidad y crecimiento económico nacional. Los chinos intercambiaron la democracia por la riqueza. Pero el Partido Comunista tiene que cumplir. Tiene que mantener el alto crecimiento anual de la economía china. Por tanto, diga lo que diga en las ruedas de prensa o las conferencias internacionales, no va a reducir las emisiones carbónicas si esto implica una ralentización del crecimiento económico.
Analista GeoestratégicoAntiguo Diplomático Británico

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