miércoles, junio 06, 2007

Juan Orellana, ¿Virtud o defecto?

jueves 7 de junio de 2007
LA GANADORA
¿Virtud o defecto?
Por Juan Orellana
Julianne Moore (Las horas) y Woody Harrelson (El escándalo de Larry Flynt) protagonizan La ganadora, un drama inspirado en personajes reales, algunos de los cuales viven aún y han prestado su colaboración a la película. El guión se basa en el libro The Prize Winner of Defiance, Ohio, un libro biográfico de Terry Ryan sobre su madre Evelyn Ryan.
Evelyn fue una mujer extraordinaria, que utilizaba su "don para las palabras", como ella lo llamaba, para mantener económicamente a su familia: diez hijos y un marido alcohólico. Eran los años 50 y 60, cuando proliferaban los concursos en los que las amas de casa de toda América podían ganar miles de dólares en metálico y en premios domésticos. Evelyn está siempre en casa, trabajando, pidiéndole al lechero que le fíe mientras los niños más pequeños llenan la casa de polvos de talco o le arruinan los tulipanes al jardín de la vecina. Su marido, un cantante frustrado por un accidente en la laringe, gana poco dinero y además se lo gasta en beber. Ofrece un gran repertorio de escenitas violentas que periódicamente atraen a la policía y generan distancia y miedo en sus hijos. Pero Evelyn nunca pierde su sonrisa, nunca reprocha, nunca sucumbe.
La película, producida por el gran Robert Zemeckis, supone el debut de Jane Anderson como directora y guionista cinematográfica. Lo que fascinó a Zemeckis al leer el libro fue que la familia de Evelyn realmente sobrevivió gracias a su talento. "Pero más que eso", afirmó el productor, "fue el inquebrantable optimismo de Evelyn y su amor por la vida, esa cualidad espiritual que le permitió superar una vida llena de dificultades".
Ciertamente se trata de una cinta demoledora. Ver tanto sufrimiento afrontado con tanta positividad es sobrecogedor. Se podría decir que Evelyn es heroica, ejemplo de mujer que lo da todo y no se guarda nada, cuya vida está siempre al servicio de los demás. Pero ¿por qué lo hace? ¿Por amor? ¿Cómo fruto de una educación que entiende el matrimonio y la familia de forma muy asimétrica? Alguien podría pensar que las razones de Evelyn no van mucho más allá que su abnegación, su capacidad de sacrificio y su voluntarismo inquebrantable, y ello puede ser desazonador.
En realidad, La ganadora no sólo es un homenaje a aquella mujer impresionante, sino a tantos millones de amas de casa que viven o han vivido situaciones muy similares. Pero el film también critica un modelo de familia machista que a menudo ha vendido como obligación moral lo que es un injusto sometimiento. En ese sentido, la intervención del sacerdote, aunque es moderada –como todo el tono del film– viene a subrayar un cierto aval religioso de dicha periclitada mentalidad. En España no es difícil encontrar una mentalidad paralela en los cincuenta. Es curioso que una institución como la Sección Femenina de Falange, que en sus textos a menudo defendía la práctica de la mujer sumisa, en otros aspectos luchó por la igualdad de derechos y promoción de la mujer. En otro orden de cosas me llena de curiosidad saber qué pensaría una mujer musulmana si pudiera ver la película: probablemente sólo se fijaría en el asunto de los premios y los concursos.
Esta compleja película cuenta con un guión excelente, una eficacísima puesta en escena y, desgraciadamente, un doblaje que hunde el trabajo de Woody Harrelson, que interpreta al marido desastroso de Evelyn.

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