jueves 28 de junio de 2007
ALEX RIDER: OPERACIÓN STORMBREAKER
Un buen producto para familias de vacaciones
Por Juan Orellana
El cineasta Geoffrey Sax, director televisivo que había debutado el pasado año en la pantalla grande con la película de terror White noise (Mas allá), afronta un segundo largometraje mucho más fresco y logrado que aquel.
El cineasta Geoffrey Sax, director televisivo que había debutado el pasado año en la pantalla grande con la película de terror White noise (Mas allá), afronta un segundo largometraje mucho más fresco y logrado que aquel. Alex Rider: Operación Stormbreaker es una coproducción británica con Alemania y Estados Unidos, que protagonizada por el joven Alex Pettyfer, cuenta entre su reparto con Ewan McGregor, Alicia Silverstone y Mickey Rourke, entre otros. El guión está escrito por Anthony Horowitz, autor también de la novela de aventuras en la que se basa.
La historia se centra en Alex Rider, un adolescente huérfano que vive con su tío (Ewan McGregor), casi siempre ausente por motivos de trabajo, y con una joven que le cuida (Alicia Silverstone). La vida laboral de su tío es una gran incógnita para Alex, pero el día que esa incógnita se resuelve, la vida del joven cambiará radicalmente. Se trata de una típica cinta de aventuras, muy clásica en su estructura narrativa y muy fiel a los patrones del género. Tiene grandes dosis de acción, y cómo no, de exhibición de artes marciales. Pero a pesar de lo convencional que parecen y son estos elementos, Stormbreaker tiene varios puntos de interés que la sitúan en un nivel de calidad muy aceptable.
En primer lugar, el guionista sabe introducir en las tramas elementos muy significativos para el adolescente y pre-adolescente actuales, público preferente de esta película. El imparable avance de los ordenadores y recursos interactivos como instrumentos de trabajo escolar, los acosos en las aulas entre chavales o el síndrome del "padre ausente" son algunos temas que aborda el film, siempre desde la perspectiva de un joven de catorce años.
Por otra parte, la acción –peleas, artes marciales, explosiones...– están muy dosificadas, sin excesos, y siempre al servicio del desarrollo argumental, al que no asfixia sino que da respiro. Además, un tono de humor inteligente atraviesa el film, reforzado con gags de corte tan clásico como eficaz, y que le dan a la película el aire fresco y gratamente desenfadado que es su característica principal.
También merece mención el trabajo actoral. Ciertamente hay actores excelentes que reducen su presencia a algunos planos, como Ewan MacGregor, Robbie Coltrane o la entrañable Sarah Bolger (recordada por todos como la hija mayor de En América), y que nos dejan con ganas de más. Otros, como Alicia Silverstone, Andy Serkis (el memorable Golum) o Missi Pyle cumplen con precisión el estereotipo asignado, sin histrionismos gratuitos ni falsas pretensiones. Pero el gran duelo entre protagonista y antagonista es, sin duda, lo más interesante. Tenemos a un novato Alex Pettyfer, que con dieciséis años va a llenar las salas de jovencitas enamoradizas, por su aire de galán, de guapo un tanto indiferente, y con el vigor, incluso físico, de un héroe a lo 007. Como antagonista, un Mickey Rourke con cierto tono de Torrente, palillo en boca, y que sin duda arrancará las carcajadas de los espectadores más talluditos.Desde el punto de vista educativo, la película nos habla de un chaval responsable, que sabe que su sitio está en el colegio a pesar de sus dotes para hacer de James Bond, muy sencillo en sus incipientes relaciones sentimentales, y con una gran añoranza de un "padre" que le cuide. Estupendo producto veraniego para familias vacacionales.
miércoles, junio 27, 2007
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