viernes, marzo 02, 2007

Xavier Navaza, Las epicas aventuras del alaricano

viernes 2 de marzo de 2007
XAVIER NAVAZA
corresponsal en galicia
Las épicas aventuras del alaricano
Era tal el optimismo de Anxo Quintana tras la reunión que anteayer mantuvo con el ministro Jordi Sevilla, que fuimos muchos los que creímos que se había iniciado una nueva era en el hasta ahora abrupto y guadianesco sistema de relaciones entre los gobiernos de Madrid y de Compostela. La narración de los hechos que los asesores áulicos del joven Quin realizaron para los medios recordaba, en cierto modo, a las épicas retransmisiones que Matías Prats, el viejo, realizaba por la radio para describir las heroicas jugadas de la selección española de fútbol.
Al final, invariablemente, la selección salía perdiendo. Pero, entre tanto, los radioyentes podían asistir a los emocionantes momentos en que los arietes patrios estaban a punto de marcar. Al acabar el encuentro, después de tanto aroma a proeza que las ondas hertzianas habían recogido fielmente de la voz del señor Prats, parecía imposible que España hubiese perdido: "No era verdad, pero necesitábamos tanto que lo fuese... que en ocasiones me permitía alguna licencia y recreaba las jugadas dándole épica y emoción a raudales", reconoció en una ocasión cuando lo suyo ya formaba parte de la mitología del periodismo deportivo español.
Pues bien, algo así ha sucedido con la reunión tête à tête que el vicepresidente de la Xunta ha mantenido esta semana con el ministro de Administraciones Públicas. Lo necesitábamos tanto, después de los palos que últimamente nos llegan de Madrid y de Bruselas, que creímos a pies juntillas cuanto nos decía el alaricano: "Se acabó eso de ver cómo Galicia sufre procesos de reconversión de los que se entera cuando ya están en marcha", insistía el joven Quin, ayer por la mañana, ante los micrófonos de Radio Galega.
"A partir de ahora, Galicia podrá hablar, opinar y decidir sobre lo que el Estado español quiere hacer en nuestro país. A partir de ahora", insistía el vicepresidente, "no podrán realizarse acuerdos con la Unión Europea sin que Galicia se entere, porque tendrán que pasar previamente por esta Comisión Bilateral en la que la Xunta de Galicia podrá hablar, opinar y decidir sobre lo que hay que hacer". Incluso creímos, porque el ambiente se había creado para ello, que Galicia había conquistado al fin plenas competencias sobre salvamento marítimo. Y que después, a corto plazo, vendrían muchas más.
Poco después llegaba el ministro Sevilla con la rebaja y nos obligaba a poner los pies en tierra: "Durante la reunión no se ha aprobado ninguna transferencia nueva, y mucho menos la de salvamento marítimo". Lo que se aprobó anteayer en Madrid fue la puesta en marcha de un grupo de trabajo que decidirá si procede o no transferir nuevas competencias a Galicia y si es posible reforzar la comisión bilateral que ha de marcar el pulso de las relaciones entre Compostela y Madrid. ¿Eso es poco? Después del largo estancamiento de estas relaciones, es bastante. Pero lejos de haber finalizado el partido con la victoria de nuestra selección, el encuentro no ha hecho más que empezar.
JUEGO EN EQUIPO
Una buena alternativa a la soledad
Pérez Touriño y Quintana deberían tomar nota del esquema de juego que la Generalitat realiza cuando sus lanzarotes aterrizan en Madrid. Jamás van solos, como anteayer el joven Quin, sino formando un compacto equipo negociador. Claro que a los catalanes también les tienta el calor de los focos y el electoralismo, pero por una jugada individual no sacrifican el resultado del partido. La táctica de la "cooperación inteligente", ideada por el alaricano, es una buena alternativa a la soledad .

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