sábado, marzo 24, 2007

Un poderoso empresario de la comunicacion no puede atacar asi al PP

Un poderoso empresario de la comunicación no puede atacar así al PP
Elsemanaldigital.com

24 de marzo de 2007. Es consustancial al sistema democrático el pluralismo de los medios de comunicación. Lo que las libertades de expresión y de información garantizan no es la neutralidad de los medios, sino la posibilidad de que el ciudadano pueda contrastar informaciones y opiniones de todas las tendencias. Así pues, en una democracia no es aceptable formular reproches contra un grupo de comunicación por el solo hecho de que adopte una determinada tendencia política.Sin embargo, existe también una responsabilidad exigible a los medios y, sobre todo, a los grandes grupos de comunicación que ocupan una posición que en algunos segmentos llega a ser de monopolio o se aproxima peligrosamente a él. Y esa responsabilidad es la de no convertir la legítima orientación ideológica que hayan asumido en una verdadera "fuente de poder partidista" que se superponga o intente suplantar a los propios partidos políticos.Ésta fue la reflexión que un socio del Grupo Prisa le planteó hace dos días al presidente del mismo, Jesús Polanco, en una Junta de Accionistas. La sorprendente respuesta del conocido empresario fue asegurar que "hay quien desea volver a la Guerra Civil. Acabamos de ver una manifestación que es el franquismo puro y duro", en referencia a la del 10 de marzo pasado, añadiendo a continuación que "si estos señores recuperan el poder, van a venir con unas ganas de revancha que a mí, personalmente, me da mucho miedo".Sería fácil poner de manifiesto la incoherencia que supone el que un empresario que hizo su fortuna en el franquismo y al amparo del poder, con el negocio de los libros de texto, y que ahora apoya desde su grupo de comunicación las iniciativas para remover el recuerdo de la Guerra Civil con espíritu partidista, formule tales acusaciones justamente contra un partido que, a diferencia de otros, no participó en aquel conflicto y que nunca ha aceptado entrar en el peligroso juego del revisionismo histórico.El PP, no obstante, se ha limitado a emitir un comunicado que ha leído su secretario ejecutivo de Comunicación, Gabriel Elorriaga, anunciando que dejará de atender todas las convocatorias de entrevistas, tertulias y programas del Grupo Prisa y demás empresas controladas por Jesús Polanco, hasta que éste "rectifique pública e inequívocamente sus lamentables declaraciones".Sin duda, es lo menos que cabía esperar ante lo que no sólo supone una explícita toma de postura en el escenario político: es una descalificación radical de un partido que cuenta con el apoyo de 10 millones de españoles, que gobernaba hasta hace tres años y que con toda probabilidad lo volverá a hacer en un futuro más o menos próximo.Pero el PP debería llevar su reflexión más lejos. La política de comunicación y en relación con los medios de comunicación que mantuvo durante sus años en el poder seguramente no fue la más indicada para hacer frente al fenómeno de los grandes grupos mediáticos con un poder social y político desmesurado.La respuesta adecuada a las concentraciones empresariales tendentes al monopolio nunca ha sido contraponerles otras concentraciones igualmente poderosas, sino impedirlas mediante la aplicación de las normas antitrust. Quizá sea ésta la "revancha" que tanto miedo le produce a Jesús Polanco.

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