viernes, marzo 16, 2007

Miguel Martinez, Brain Storming y el pasado facha de De Juana

viernes 16 de marzo de 2007
Brain Storming y el pasado facha de De Juana
Miguel Martínez
E XCEPTO cuando se tiene la creatividad y disciplina de los grandes periodistas o escritores –ya ven ustedes que no es el caso de un servidor-, esto de redactar semanalmente un artículo que les pueda interesar mínimamente a ustedes, mis queridos reincidentes, es más complicado de lo que a simple vista parece. Porque no siempre la actualidad ofrece lo suficiente como para escribir un artículo que pueda resultarles interesante, ni a veces tiene uno el ingenio capaz de encontrar temas originales, ni halla a menudo el comentarista su musa (o muso, según el caso) en disposición de proporcionarle ideas que cuajen en sesudos artículos que a ustedes les satisfagan. Éstas, y otras dificultades, complican la existencia al común de los columnistas, de los que podemos exceptuar algunas mentes privilegiadas como la del maestro Arbolí, capaz de escribir seis o siete artículos por semana. Son dificultades que nos fastidian y nos incordian, llevándonos a estados de ansiedad y estrés, a menudo próximos al paroxismo clínico y a la apatía galopante. En estos casos, unos –los más coherentes- optan por abandonar hasta que les asista su musa, emulando aquel dicho que reza: “no digas –ni escribas- nada si lo que tienes que decir –o escribir- no es más bonito que el silencio –o un papel en blanco-” mientras que otros -como un servidor- se colocan frente a su pantalla y empiezan a escribir sin tener claro sobre qué, hasta que, despachadas no pocas hojas a la papelera de reciclaje, aparece su musa presta a socorrerlo proporcionándole una idea genial sobre un magnífico tema, aunque luego, la mayoría de las veces, sea incapaz quien les escribe de hacerles llegar a ustedes esa genialidad y magnificencia. Pero ya se sabe: a quien no tiene dientes, del cielo le llueve turrón del duro. Mucho peor sería –quien no se consuela es porque no quiere- ser un genial escritor y no tener qué escribir por carecer de musa que le susurrara al oído con cariñosas palabras del tipo: “Miguel, guapo –la musa de un servidor es algo miope-, esta semana podrías escribir sobre las increíbles propiedades afrodisíacas de los gasterópodos marinos del Índico.” El caso es que, siguiendo los designios incuestionables de las leyes de Murphy (para saber más sobre Murphy y sus leyes pueden consultar la edición número 129 de esta publicación y de este columnista), así como algunas semanas la musa parece estar vaga y distraída, costándole a uno Dios y ayuda apuntar una mísera idea, otras semanas –como ésta- se encuentra de lo más hiperactiva, y no es que sugiera un tema o idea, no, es que ametralla a un servidor con lo que ahora se llama un “brain storming” o tormenta de ideas: “Miguel, guapo –la miopía es lo único persistente y que no varía nunca en la musa de un servidor-, hoy puedes escribir sobre esto, y sobre lo otro, y sobre aquello de más allá, o sobre esto de más acá, o de todo a la vez, o sobre todo lo contrario…”, quedándose uno llenito hasta arriba de ideas, pero próximo al telele mental por desbordamiento y colapso neuronal. Y teniendo uno su musa así de productiva y hacendosa, me encuentro ante el dilema de decidir sobre qué segmento del brain storming empezar a escribir o sobre si acometer el brain storming en su conjunto, rajando a troche y moche por este teclado que Microsoft me ha dado -a cambio de 29 euros del ala- de todo cuanto la musa ha propuesto. Me apuntaba mi musa, a la que vamos a llamar “M” para simplificar, ahorrar tinta y kilobites, que no estaría mal recordar cuando Rajoy llamaba “pancarteros” a los líderes políticos que se congregaban en las primeras filas de las manifestaciones contra la guerra de Irak, o cuando alegaba, en las manifestaciones sobre los bombardeos israelíes al Líbano, que esto de manifestarse ya no se llevaba. Pretendía M que le restregara a Rajoy eso de ser un pancartero y no estar al día, al colocarse él en primera fila en las manifestaciones contra el matrimonio homosexual, el traslado de los papeles de Salamanca, la política terrorista del gobierno (dos o tres veces) y a favor de las víctimas (de algunas de ellas, para ser más exactos), el Estatuto de Cataluña, la concesión de prisión atenuada a DJ y alguna que otra más que seguro que a M y a un servidor se nos olvida. Vamos, que está hecho Rajoy –según sus propias palabras- un pedazo de pancartero de agárrate y no te menees (de detrás de la pancarta). También me sugería M disertar sobre cómo Rubalcaba comparecía ante los medios con un fajo de papeles para desvelar que, de entre los sesenta y tantos casos en los que -siendo Ministros de Interior Mayor, Acebes o Rajoy- se concedieron excarcelaciones a terroristas de ETA por hechos tan extraordinarios como –no se lo pierdan, es surrealista- haber llevado a cabo el asesino de turno dos cursos excepcionales: uno de ganchillo y otro de punto de cruz. Por suerte a ninguno de los etarras les dio por doctorarse en Física Nuclear, que no quiere un servidor ni pensar la de años que han de redimir este tipo de doctorados. Qué equivocado estaba yo cuando en segundo de BUP escogí “Computadoras” en la asignatura ETP (Enseñanza Técnico-Profesional) cuando bien podría haber elegido “Hogar”, en la que se enseñaban, entre otros quehaceres domésticos, habilidades con la aguja, que podrían reportar en el futuro –nunca se sabe dónde puede ir uno a parar- importantes redenciones de condena. El domingo por la mañana me proponía M disertar sobre la euforia que se ha adueñado del Presidente del Real Madrid –y de algún que otro rotativo de la capital- tras el empate 3-3 con el Barça, y que llevó a Calderón a predecir que este año visitarán la Cibeles. Fuera el Real Madrid de la Champions y de la Copa del Rey, la única posibilidad que le queda para visitar la Cibeles pasa por ganar la liga. No tiene en cuenta el presidente Calderón una serie de detalles, a saber: De los tres goles marcados al Barça, el primero fue un pase de gol de Thuram a Van Nistelroy (que el Barça remontó en un periquete), el segundo de penalti (que también remontó casi al instante) y respecto al tercero, a balón parado, aún no sabe Ramos cómo le dio a la pelota para que entrara. No tiene en cuenta tampoco que mientras jugaron 11 contra 11, si no se llevó el Madrid un saco de goles fue, amén de que le acompañó la suerte, porque tiene en sus filas al mejor portero del mundo. También obvia que sólo se vio un Madrid superior al Barça cuando el club catalán quedó en inferioridad numérica, pese a lo cual el Barcelona pudo remontar el partido. Y no cae en la cuenta de que el Madrid ha de enfrentarse al Sevilla y al Valencia (cosa que el Barcelona ya ha hecho) y que el Barcelona y el Sevilla superan al Real en cinco puntos. ¿Y aún así se ve en la Cibeles? Una cosa es optimismo y otra, muy diferente, vender humo, actividad harto peligrosa –la de vender humo- máxime desde la aparición de ley antitabaco. También me susurraba M que podría sacarle punta al tema del número de asistentes a la manifestación del pasado sábado, apuntándome que, pese a haber ya tratado el tema en la edición 248 de esta publicación, con el artículo “Un millón de manifestantes, millón arriba, millón abajo”, bien podría ironizar sobre las abismales diferencias entre las cifras ofrecidas por uno y otro medio, existiendo un desfase de dos millones y pico de personas entre los cálculos de unos y otros. Especial mención merece el detalle de que la edición digital de El Mundo adelantara una cantidad de asistentes de 258.568 personas –según los cálculos del “Manifestómetro” (ingenio informático que, utilizando fotos aéreas tomadas durante el evento, calcula los asistentes al mismo aplicando fórmulas matemáticas)-, cantidad que desapareció en su edición escrita para no “desentonar” con las ofrecidas por los convocantes, que daban unas cifras que no es que rayasen en el surrealismo, no, es que ahondaban profundamente en él, por implicar la cantidad de marras una concentración de treinta y tantas personas por metro cuadrado. ¿Han probado a meter a 30 personas en un metro cuadrado? Pues según Rajoy y según la Espe es posible. Será cuestión de práctica, que no en vano en lo que va de legislatura muchos militantes del PP se están licenciando en esto de asistir a manifas, y con un poquillo de maña -y algo de vaselina- meter tres decenas de almas en un metro cuadrado es cosa de coser y cantar y se hace en menos de un santiamén. De Madrid al Guinness de los records. Y habiéndose ya retirado M a sus idílicos aposentos hasta la semana próxima, dejando a quien les escribe a medio paso de sucumbir a tamaño brain storming, aparece otra infalible Ley de Murphy, aquella que reza: “cuando ya tienes el artículo hilvanado aparece una noticia mucho más interesante y curiosa”, y resulta que, hojeando la competencia, y a no ser por sus lentes, se le hubiesen salido a uno los ojos de sus órbitas al leer el siguiente titular: “De Juana Chaos perteneció a Fuerza Nueva”. No me negarán que leer esto después de un brain storming del quince, no es sino para necesitar asistencia médica urgente con hiperventilación, sedación e inyección de vitamina E y vitaminas B1, B6 y B12, o, en su defecto, una racioncita de jabugo, que sabiamente reúne todas estas vitaminas, más la necesaria acción antioxidante de un vasito de rioja. Porque ya era vox populi que la familia de DJ estaba vinculada a la derecha, que no en vano su padre, médico de profesión, había pertenecido a la Falange Española y de las Jons, pero la noticia de que DJ perteneciera a Fuerza Nueva era prácticamente un secreto que DJ se empeñaba en mantener oculto, un pasado facha que él hubiera querido borrar, pero que ha sido desvelado por varias publicaciones. Y es que, por lo visto, a finales de los años 70 y en los primeros años de los 80, DJ era de Fuerza Nueva y no se ocultaba. Era considerado un “cañero” por sus amigos fachas e incluso, tras el asesinato en 1979 por parte de ETA del comandante José María Herrera, fue advertido por el hijo del fallecido, y cuñado de DJ, de que en el sepelio del militar no fueran a “formar un espectáculo con tus amigos (de Fuerza Nueva) en el entierro de mi padre”, temiendo que -al igual que ocurriera en la manifestación de este sábado- algún impresentable soltara gritos del estilo “Inestrillas presidente” cuando acudiera al sepelio alguna autoridad civil de la época. Algún ramalazo tuvo que mantener DJ incluso tras su ingreso en la Ertzaintza, pues, en los informes existentes sobre él en la policía vasca, era calificado como “españolista nada cercano al nacionalismo”. A los cuatro días mal contados, DJ desaparecía del mapa y huía a Francia tras robar 200 pistolas. Pocos años después acabaría asesinando a 25 personas. Su propia madre -que pese a lo que ustedes están pensando probablemente sea una santa- manifestaba tras su huida: “Han sido las malas compañías. Tal vez una mujer”. O sea, que según la madre que lo parió, DJ se metió a terrorista por calzonazos. Alucinante. Aunque tampoco es necesario analizar sesudamente el hecho de que DJ haya sido un facha para llegar a la conclusión de que lo sigue siendo. Eso sí, mientras en su juventud se mostraba orgulloso de todo lo fascista que era, en su madurez lo ha venido disimulando con discursos que hablan de libertad (askatasuna) o socialismo, cuando no tiene ni repajolera idea de lo que significan esas palabras. Y no puedo más que coincidir, nuevamente, con el amigo Urrutia cuando en una conversación epistolar reciente, comentando ambos el pasado facha de DJ, repescaba él una antigua frase de Felipe González que, aunque en otro contexto, le viene al pelo a estos fascistas, ya sean de los que persiguen a garrotazos a los emigrantes porque sí, ya sean de los terroristas como DJ. La frase es ésta: “Son la misma mierda”. Aprecien o desprecien ustedes a Felipe González, no me negarán que su famosa frase, referida a DJ, queda que ni pintada. Luce muchísimo mejor, y es muchísimo más acertada, así que en su contexto original.

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