Manuel Alcantara, La gestion de los rios

martes 20 de marzo de 2007
La gestión de los ríos
MANUEL ALCÁNTARA

Todos van a dar a la mar, que es el morir, pero debieran llegar sin nada que ponerse entre las dos orillas. Donde hace falta el agua es en la tierra, que pasa mucha sed. Ahora el Gobierno va a ceder a las autonomías hasta el 49 por ciento del voto en la gestión de esos «senderos andantes» y el Ejecutivo se reserva el control de las cuencas. Cada uno de nosotros, incluso los que preferimos el agua tónica acompañada, tendremos derecho a 60 litros diarios. Cantidad suficiente para comprobar que la que sale del grifo, si se bebe con prudencia, no es perjudicial para la salud.Hay que tener en cuenta que hay muchos ríos que no están conformes con su curso. ¿Quién puede asegurarnos que no hubieran deseado pasar por otras tierras? También hay presidentes de Comunidades que no están dispuestos a bañarse dos veces en el mismo río y por eso no se han mojado en el debate suscitado por la Ley de Aguas. Como las personas, los ríos no son sólo de donde han nacido, sino de donde viven y muy probablemente también de donde mueren, pero la solidaridad nunca ha sido una de las pasiones nacionales. Habrá normas que dupliquen las sanciones para quienes contaminen y se establecerá un registro de seguridad en los pantanos. Los regantes de Aranjuez han vendido a Murcia 35 hectómetros cúbicos del Tajo y un fragmento del «claro caballero de rocío» viajará hacia las hermosas huertas, tantas veces desamparadas.La geografía es lo que más influye en la historia, pero ojalá que nadie haga trampas con el agua y en los sitios donde abunda dejen correr a la que no vayan a beber. Hubo una época en la que ciertos teólogos, especialmente bien informados, dijeron que desviar un río era «enmendar la obra de Dios». Que él los tenga en su gloria. Al parecer también se admiten hechiceros.