martes, marzo 20, 2007

Maria Maizkurrena, Medicos

martes 20 de marzo de 2007
Médicos
MARÍA MAIZKURRENA m/m.maizkurrena@diario-elcorreo.c

Los médicos de familia vascos tienen la mayor sobrecarga de pacientes de toda España, decía ayer un titular de este periódico. ¿Ustedes, estimados conciudadanos, con-pacientes, compañeros fraternales en el dolor, las colas, las listas de espera y las consultas instantáneas, no lo habían notado? Quien escribe estas líneas, puedo asegurárselo, sí. No en vano utilizo (poco, menos incluso de lo recomendable) los escasos y congestionados recursos de uno de esos centros de salud que funcionan con un 32% menos del personal necesario para dar una atención decente (en Bilbao, los de Bombero-Etxaniz, Rekalde, Indautxu, San Inazio y Santutxu). Para remate, la Asociación Vasca de Pediatría de Atención Primaria ha reclamado que se traigan especialistas de otros países «con carácter urgente». En la actualidad, tenemos incluso médicos generalistas atendiendo a nuestros pequeños porque los pediatras no dan abasto. Así pues, resulta que la insuperable Sanidad vasca tiene menos recursos que la Sanidad 'maketa', que hubiera dicho Emiliano de Arriaga. ¿Inconcebible! Cada 1.484 pacientes españoles como media comparten médico de atención primaria, mientras que en Euskadi, son 1.864 los enfermos que, por término medio, están asignados a cada uno de los sufridos doctores que antes llamábamos 'de cabecera'. Estos médicos generalistas son la clave de una atención médica de calidad. Son ellos quienes deberían conocer el historial de cada paciente, vigilar su evolución, informarle y dirigirle hacia los especialistas y servicios que puedan serle útiles, pero las prisas y un sistema que con frecuencia no contempla las necesidades reales de la población (¿cuándo va a incluirse la fisioterapia entre los tratamientos?) les ha convertido en máquinas de recetar fármacos. Un ordenador podría hacer su trabajo pasablemente mientras cada médico sea responsable de 1.864 personas con sus dolencias reales o potenciales. La preciosa labor de prevención que se podría desarrollar contando con el personal adecuado se pierde en esa obsesión por 'rentabilizar' los recursos que trata la Sanidad como si fuera una fábrica de producción de tornillos. Por si fuera poco, el programa informático Osabide, maravilla de la técnica, está creando nuevos problemas y atascos. «La percepción de que los centros vascos de salud no dan abasto para asumir una demanda creciente no es una cuestión subjetiva», leíamos ayer en este periódico. Los datos cantan. Y los tenemos gracias al estudio elaborado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y también gracias al Sindicato Médico de Euskadi, y no lo habríamos sabido nunca por Osakidetza, que se limita a decir 'somos los mejores'. Alguna vez lo fuimos. Como el Athletic.

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