viernes, marzo 02, 2007

Luis Pousa, Un brindis al victimismo

sabado 3 de marzo de 2007
LUIS POUSA
CELTAS SIn FILTRO
Un brindis al victimismo
Hagamos posible lo imposible, fue una de las sentencias grafíticas más difundidas de aquel creativo y revolucionario Mayo del 68 francés, que obligó a De Gaulle a abandonar la presidencia de la República al año siguiente. Lo que demuestra que, en realidad, la política es el arte de lo posible y no de lo imposible. Pero, a veces, da la impresión de que ciertas actitudes políticas juegan más a lo imposible que a lo posible, muy probablemente porque el objetivo de ese juego es otro y distinto al de la proposición divulgada.
El pasado jueves, en los despachos de la Comision Europea, el conselleiro de Industria fue informado, por el director general de Competencia, que Navantia Fene, sea astillero publico o privado, puede trabajar para el mercado militar pero no para el civil. Al menos hasta 2015, fecha en la que expira el acuerdo establecido en el año 2005 entre Madrid y Bruselas. Existe la posibilidad de revisar el convenio, mediante el reembolso a la UE de los 1.200 millones de euros de ayudas comunitarias utilizadas ilegalmente por el Gobierno de José María Aznar.
Ese viaje lo debió hacer don Fernando Blanco antes, y en el mayor de los sigilos, de que el asunto fuese ventilado en los medios de comunicación, pues cuando menos se habría evitado el mal trago de una decepción anunciada por quienes le habían prevenido de cómo estaban las cosas. Pero, sobre todo, un mejor procedimiento hubiese evitado la sensación de que la propaganda de un Astano civil se vendió sin que el conselleiro y sus asesores, con la complicidad autista del resto del Gobierno gallego, tuviesen una idea cabal de las posibilidades que existen de hacerlo posible que no imposible.
Porque si algo requiere una operación de esa envergadura es confidencialidad, mucha cabeza, mucha diplomacia y persuasión; no un rosario anticipado de iniciativas parlamentarias y declaraciones propagandísticas en línea, adornadas con el barroquismo de un lenguaje voluntarista y unanimista, de dudosa practicidad en lo que objetivamente conviene.
Ahondando en la secuencia de los acontecimientos, es un brindis al victimismo que el portavoz del BNG en el Congreso presente por su cuenta y riesgo una moción de apoyo a Barreras más que de recuperación de Astano para usos civiles -más versátil y con mayor amplitud de recorrido-, y no tenga la habilidad de transacionarla con el PSOE, de manera que el conselleiro de Industria pueda visitar Bruselas con algo más en la cartera que el apoyo del Parlamento autonómico y un esbozo de documento técnico. El interlocutor comunitario es el comisario de Competencia y no la comisaria de Regiones.
En vista de cómo se está manejando este astrolabio, y de lo que pasó con otras cuestiones, como el fiasco de la reducción de la tarifa eléctrica en Galicia, comienza a vislumbrarse que ciertas iniciativas industriales, de vida efímera, consisten en montar un montón de ruido. La fórmula resulta inadecuada para hacer política industrial y, menos todavía, para hacer país, por quienes tienen el compromiso de gestionarlo y dirigirlo.
Revitalizar la construcción naval en Ferrol no se improvisa con una peregrinación a Bruselas y el grito militante de la calle. Dadas las circunstancias, el primer aliado a conseguir está en La Moncloa; y, a partir de ahí, hagan comparaciones con Endesa.

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