viernes, marzo 02, 2007

Luis Margol, A las poperas no les gusta Rubalcaba

sabado 3 de marzo de 2007
CHUECADILLY CIRCUS
A las poperas no les gusta Rubalcaba
Por Luis Margol
Los aficionados a contemplar el cielo nocturno habrán notado la magnífica semana de cuarto creciente que hemos disfrutado. Las nubes lechosas de la oscuridad han estado augurando una luna llena sangrienta para el fin de semana. Como aquélla que los soldados romanos describen en la Salomé de Wilde.
La obra narra la locura de un político enardecido y delirante que por pura vanidad cede al chantaje de la pérfida Salomé y termina ordenando la decapitación de Juan el Bautista. El británico Julian Berkoff protagonizó hace años una magnífica versión del drama, aunque a muchos nos pareció un tanto histriónica por lo exagerado de su interpretación de Herodes. Hoy en día casi se quedaría corto.

El cada día más delgado Hellraiser Rubalcaba consiguió que el jueves por la noche muchas víctimas el terrorismo se sintieran así, como San Juan justo antes de ser degollado. Por lo visto, en estos tiempos la realidad supera a la ficción incluso en el género de terror.

Ominoso final para una semana que había transcurrido por unos derroteros muy diferentes. Por ejemplo, el viernes noche mis deambulares nocturnos me llevaron a El Naranja, café y espacio cultural en el que uno puede leer los fancines más punteros del momento, comprar maravillosas pop-art postcards por sólo un euro y ver unos maravillosos dibujos animados de Popeye. Mucho chico lánguido dándoselas de ambiguo –en Coslada desconocen la diferencia entre dandismo y plumerío– y la maravillosa bloguera Patata y sus amigas de Je ne sais pop, felices y ufanas celebrando el primer aniversario de la página de moderneo más simpática e independiente del momento. Especialmente recomendable su Super 10, hit parade de otros tantos temazos, algunos de los cuales les dejarán estupefactos. También hay secciones más o menos bizarras, aunque yo echo de menos alguna referencia a Astrolabio, el grupo que lideró el cada día más atractivo Juan Carlos Girauta. Les prometo colgar algún tema suyo en cuanto consiga que el guapo catalán me lo pase.

Pero lo más remarcable de las chicas de Je-ne-sais es su look genuinamente popero: leotardos negros, tacones y enormes pendientes a lo Edie Sedwick, mini o micro falda o vestido estampado estilo Twiggy y ojos enmarcados en negro. Especialmente atractiva resultaba Patata (nada que ver son su pseudónimo), rutilante en su papel de harmless Youngquake mientras repartía pedacitos de un spike-free y disparatado pastel de nubes y Nocilla. Con esto quiero decirles que, gracias a Dios, estas chicas sólo emulan de sus ídolos la imagen, no los malsanos hábitos alimenticios.

Robert, un reciente amigo italo-venezolano afincado en París, estaba absolutamente fascinado, mientras que Carla, moderna londinense propietaria de las series de dibujos más cañeras del momento, danzaba entre ellas como pez en el agua. Creo que ambos se sentían como en una película de Almodóvar. Ya saben que, por alguna extraña razón, muchos extranjeros tienden a tomarse los filmes del manchego como documentales del National Geographic. Recuerdo lo mal que lo pasé una noche en Los Ángeles cuando unas mariprogres se empeñaron en contratarme como orgy manager. Lo que me costó convencerlas de que no todos los madrileños se dedican a perseguir a miembros del clero ataviados con pelucas a lo a lo Spagna –mejor no dar ideas, no vaya a ser que a algún seguidor de Zerolo se le ocurra rememorar a los del 36.

Tras El Naranja, copas en Molocco, uno de los pocos bares genuinamente rockeros que quedan en la capital –el célebre Torito de la calle Pelayo fue cerrado hace años, y convertido en garito de ambiente–. El bar posee una valiosísima colección de carteles de bandas de rock, punk y mod. Mucho humo y mucha choni de las que hacen las delicias del Españoléitor y otros carpetovetónicos.

En fin, que si después de todas estas informaciones son ustedes incapaces de emparejarse, sea con chica pop o rockera, a mí no me echen la culpa. Con esto considero cumplida mi contribución a la perpetuación de la especie.

La noche siguiente, encuentro de lo más impensado: dos ex alumnas dressed to kill en una de mis danceterías del barrio favoritas. A la rubia la reconocí al momento, a la morena no, porque en un año ha pasado de adolescente anodina a ser una perfecta ángela de Charlie. En mis tiempos las chicas bien del eje Pozuelo-Boadilla solían ir un tanto anticuadas, más o menos dos años behind. Los grandes centros comerciales han hecho su efecto y ahora resulta imposible distinguir la calle Goya de Las Lomas. Marvellous!

Me costó un rato salir del asombro y acercarme a ellas. Por suerte, ambas se mostraron encantadas de verme, incluso me invitaron a unirme a ellas y a sus bellísimos efebos ("Sólo somos amigos". I know, darling, I was not born yesterday) para el resto de la noche. Decliné algo azorado (I’m no chicken hawk), aunque les prometí que si aprueban la próxima evaluación me las llevaré de copas o de concierto a algún sitio guay.

La inesperada topada me dejó una sonrisa en los labios para el resto de la semana, hasta que Rubalcaba me la heló de un bofetón. Menos mal que en la concentración estaban algunos de los miembros más dicharacheros del Grupo Popular, aunque al canario Mariscal, uno de mis preferidos, se le olvidó esa fantástica bufanda multicolor que suele lucir en los festejos de su partido. Ana Botella estaba simplemente fulgurante –lástima que fuera en una ocasión tan poco jovial–, y De Arístegui, con su habitual gesto de indigestión (¿quién me pasa un Alka Seltzer?), que sin embargo oculta un espíritu bastante afectivo.

Volviendo a mis antiguas pupilas: mientras siga habiendo jóvenes así, capaces tanto de sacar un ocho en inglés como de vestirse de pantera un sábado noche y pasárselo en grande sin una gota de alcohol ni un gramo de sustancias prohibidas, habrá esperanza. ¡Y además no son progres!

Inquire whitin: chuecadilly@yahoo.es

No hay comentarios: