miércoles, marzo 07, 2007

La mujer autonoma y su "torre de Bable"

jueves 8 de marzo de 2007
La mujer autónoma y su «torre de Babel»

Candelaria
Carrera Asturiano
OCHO de marzo, día de la mujer. Por veinticuatro horas volvemos a ser las protagonistas.
Se nos mima en los medios de comunicación y los políticos renuevan las promesas incumplidas y prometen novedades. Estamos de moda. El tema mujer es «respetado» y «subvencionado» por las administraciones públicas, pero la realidad dista mucho de ser de color de rosa en lo referente a la igualdad real de géneros. Salvo contadas excepciones, los cargos directivos los tenemos vetados; nuestros salarios son inferiores a los de los hombres con idéntica categoría profesional y no existen, ni han existido, mujeres en carteras ministeriales como las de Interior, Economía o Trabajo; por no hablar del escalofriante número de víctimas de violencia doméstica. El escenario es el que hay y habrá que esperar, confiadas, a que la ley orgánica de Igualdad entre Hombres y Mujeres lo equilibre.
Y si el panorama actual lo trasladamos al colectivo, nos topamos con un obstáculo añadido en el desarrollo de nuestra actividad: asalariadas y autónomas nos enfrentamos a barreras comunes, pero nosotras con mayor nivel de dificultad. Somos más de novecientas mil y hemos supuesto más del cincuenta por ciento de las altas en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos en el último año. Nuestras empresas perduran más que las creadas por los hombres y cada día contamos con mayor grado de formación. Pues bien, a pesar de la fuerza de los datos, seguimos siendo las grandes olvidadas dentro del sistema, y continúan sin reconocerse nuestros méritos.
ATA, Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, desde su Área de la Mujer, ha contribuido a llevar la voz de las autónomas a la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de la Igualdad de Oportunidades en el Congreso de los Diputados. Los logros: se reconoce el subsidio por maternidad no contributivo para aquellas trabajadoras por cuenta propia que no reúnan los requisitos mínimos de cotización exigidos; se establece una bonificación del cien por cien de la cuota a la Seguridad Social durante el descanso por maternidad y situaciones asimiladas, pudiéndose disfrutar este período a tiempo parcial, y la «medida estrella» es el Permiso de Paternidad, reconociendo a los progenitores trece días que se ampliará hasta cuatro semanas en los ocho años siguientes a la entrada en vigor de la ley. Lo de menos es la duración del permiso, lo que queremos las trabajadoras autónomas es concienciar a los hombres acerca de las cargas que lleva aparejada su paternidad. Esta prestación no es suficiente si no viene acompañada por el resto de actuaciones que recoge la norma y que facilita que sus compañeras puedan conciliar la vida laboral y familiar.
La ley también contempla incrementar la participación de las mujeres en los órganos decisorios de las empresas, si bien debería flexibilizarse, que no eliminar, la obligatoriedad de la paridad en todos los casos. Las autónomas opinamos que es fundamental que se adopten las medidas y se apliquen los baremos que establece este texto, así como todas las recogidas en el futuro Estatuto del Trabajo Autónomo, hasta que se consiga la igualdad real en todos los órdenes, sin dejar resquicio alguno que permita cualquier acto discriminatorio, por leve que este pueda parecer.
Al inicio de este tercer milenio, en la era de las nuevas tecnologías, vivimos en una singular torre de Babel. Todo está regulado, cada vez estamos más protegidas, pero los cambios se hacen esperar, como si se comunicaran en una lengua desconocida para la mayoría. Cuando accedemos a un puesto de trabajo o cerramos un acuerdo empresarial, se nos siguen planteando cuestiones cómo, ¿está usted casada?, ¿embarazada? La maternidad sigue siendo un obstáculo, en ocasiones insalvable, para la consolidación y el futuro de nuestros negocios, incluso la financiación pública y privada para nuestros proyectos emprendedores es insuficiente; la lista sería interminable.
Si nos comparamos con otras mujeres del planeta, la situación nuestra en España supone un privilegio; pero -la cruda realidad- mientras no cambiemos la educación impartida, ciertas connotaciones culturales y, desde la infancia, no se fomenten valores olvidados como la igualdad, el respeto y los derechos individuales, seguiremos viviendo en una sociedad hipócrita y machista, que nos relega a un segundo plano forzoso en todos los ámbitos. Desde el Área de la Mujer de ATA continuaremos dando la batalla para que la equiparación en cuanto a oportunidades y representación entre ambos sexos sea una realidad.
Directora del Área de la Mujer
de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA)

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