sábado, marzo 03, 2007

Jesus Higueras, España e Iberoamerica

sabado 3 de marzo de 2007
España e Iberoamérica

Por Jesús Higueras
Bajo el lema: «Llamados a ser discípulos y misioneros en América» se celebra mañana en la Iglesia el día de Hispanoamérica para que oremos en torno a los vínculos que existen entre España y el continente americano. Terminaron ya los años en que creíamos que nuestra Iglesia estaba «por encima» y tenía que enseñar y transmitir la fe.
Hoy en día comprendemos que nuestros hermanos cristianos de América han llegado a una vivencia y a una madurez en la fe no exenta de limitaciones, las mismas que tenemos nosotros, pero con una pujanza y una jovialidad que a todos nos ilusiona y anima. Han sido muchas generaciones de sacerdotes y misioneros que han dejado su vida por anunciar a Jesucristo en el continente americano. La gran tarea evangelizadora de América está dando unos frutos que no solamente benefician al continente americano, sino a todos nosotros.
Todavía pueden quedar sombras junto a muchas luces en la Iglesia americana; en primer lugar, la presencia numerosa de sectas, que hacen un proselitismo agresivo e invaden el espacio espiritual de muchas personas con promesas de salvación demasiado baratas y pragmáticas. En segundo lugar, la preocupante intromisión de los gobernantes en la dimensión espiritual del hombre. De hecho, algunos intentan compararse con Jesucristo y creen que asumen sus postulados, cuando lo que hacen es confundir a la gente sencilla intentando sacar provecho. Y en tercer lugar, ese relativismo moral que tan presente está en Europa y está llegando a invadir las conciencias de los cristianos en América.
Mañana será una jornada para agradecer a Dios la presencia de la Iglesia católica en América y de tantos sacerdotes y cristianos americanos que han dado lo mejor de sí mismos en España. Quiso Dios que los vínculos entre España e Hispanoamérica fueran tan definitivos que ya caminamos juntos en la Historia. Tenemos proyectos y propósitos comunes y quiera Dios que mantengamos esa fraternidad que nada puede romper.
LA MISIÓN

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