miércoles, marzo 21, 2007

Demetrio Pelaez, Gocemos con nuestros nuevos hermanos

jueves 22 de marzo de 2007
DEMETRIO PELÁEZ CASAL
AILOLAILO
Gocemos con nuestros nuevos hermanitos
Entre las grandes chorradas que ahora están muy de moda, podríamos destacar dos: 1) esa neura que nos ha dado a casi todos por la llamada cocina creativa, o sea, el supuesto arte de estropear carnes de primera calidad al mezclarlas con asquerosas salsas gelatinosas que mandan al carallium todo el invento, y 2) esa manía que lleva a nuestros estimados políticos a hermanar tal o cual municipio galaico con cualquier otro radicado allende los mares, allende los pirineos o en el África ardiente. En Compostela sabemos bastante de eso y algunos, la verdad, estamos la mar de contentos de tener tantos hermanitos repartidos por el mundo, unos en Santiago de Querétaro, otros en Santiago de los Caballeros, y así hasta mil parajes diferentes de cuya existencia no teníamos repajolera idea. Lástima, eso sí, que tener tanta parentela multicultural no desgrave en Hacienda, pero bueno, la unión fraterna interpueblos es lo que cuenta. United colours, ya saben.
El caso es que Bugallo, como saben, vuelve a andar estos días por Argentina, y los líderes de los otros dos partidos presentes no han tardado mucho, claro, en saltarle a la yugular por considerar que se trata de un viaje claramente electoralista. Realmente, da igual lo que sea, porque al pueblo llano se la trae al pairo lo que haga el alcalde por Hispanoamérica, por Groenlandia o por el Katmandú, y también le importa tres huivos lo que digan al respecto Conde Roa y Néstor Rego. La política de hoy es terriblemente aburrida y los políticos son, salvo honrosas y escasísimas ocasiones, un petardo infumable. Uno dice una cosa y el otro replica la contraria porque lo exige el guión, y encima los periodistas les hacemos caso y publicamos sus peleíllas parvularias. Estamos todos, en fin, metidos en una amuermante rueda donde la originalidad brilla por su ausencia, quizá porque el cambio de siglo nos pilló agiliflautados, hastiados y con las neuronas mal carburadas.
Sea cual sea nuestro síndrome, nuestra enfermedad, lo cierto es que ahora a Touriño, como a Bugallo y a un sinfín de alcaldes patrios, también le ha entrado la boba vena fraternal y ya ha anunciado su intención, desde el otro lado del charco, de hermanarnos con nuestros primos brasileños de Bahía, celebración que servirá, dice, para compartir "flujos" y "afianzar" la cooperación entre ambos países. Bien, presidente, estamos emocionados, sobre todo con el tema ese de compartir flujos, fluidos o lo que sea menester con los o las brasileñas, asegún el gusto de cada cual. Ahhh, cuánto gustirrinín nos espera gracias a tan importante viaje oficial.

No hay comentarios: