martes, octubre 21, 2008

Juan V. Oltra, Los bancos caen

martes 21 de octubre de 2008

Juan V. Oltra | Los bancos caen

Publicado por Redacción 20 Octubre 2008

Un querido amigo me preguntó el otro día, delante de un humeante café, lo que pensaba sobre esta catarata de nacionalizaciones de bancos. Mi interlocutor estaba entusiasmado ante lo que creía ver como una catarsis de nuestro sistema económico y político.

Yo lamenté discrepar con él, no porque me parezca un error la nacionalización de los bancos, sino porque esto que así se nos vende por los medios de comunicación masivos no lo es ni de lejos. Cuando uno compra un barril de manzanas, se queda con todas las manzanas, con las sanas y con las podridas, no solo con las podridas.

¿Se están quedando los gobiernos con los bancos?. No, en realidad están socializando las pérdidas. A todos esos sorbesopas que se han inflado los bolsillos con el sudor del de enfrente durante los años de bonanza, cuando llegan las vacas flacas, reciben como maná del cielo el auxilio de los gobiernos con nuestro dinero, el de todos.

En unos casos, se compran activos ¿pero que activos? ¿los buenos?. No, hombre, se compran los malos, donde se entierra el dinero que el estado saca de debajo del colchón de la abuela… y en otros casos, si, se hacen con bancos. Bancos que serán reflotados con dinero público para seguir actuando como bancos privados (sin considerar aspectos de Justicia Social y otros) y finalmente ser reprivatizados para mayor gloria de nuestros auténticos amos, que no son ni políticos ni monarcas, sino banqueros.

Bertolt Brecht se preguntaba cuál era el delito más grave, atracar a un banco o fundarlo. Yo pienso que aquí nos encontramos ante la urdimbre de un nuevo delito contra el común de la sociedad.

De todo este caos que empezamos a vislumbrar y que nos caerá encima con la misma inexorabilidad con la que se hace de noche tras el día, los principales perjudicados seremos las clases medias y bajas, entre las que por supuesto no se encuentra esa nueva casta social que configuran los banqueros, nuevos señores deudales, que no feudales, de esta sociedad que se queda nalguiabierta ante éste sobrevenido derecho de pernada.

Claro que no puede ser de otra manera: caído el muro de Berlín, cuando ser marxista se convierte en una pose esnob para hacer toreo de salón con los amigos y agarrarse el cuerno en bodas, bautizos y funerales, el sistema capitalista, por simplificar, el sistema, no tiene alternativa posible. No podemos cambiar de amos porque, simplemente, no hay otros.

No hay que preocuparse: no habrá problema social, no habrá barricadas, no habrá revolución. De eso ya se ha encargado el superjuez Garzón lanzando esa cortina de humo, pidiendo el certificado de defunción de Franco para encausarle (anda, que si le dicen que el innombrable sigue vivo, me veo al juez levantándose la toga para correr más y cruzar la muga por Irún). El humo que este espectáculo mediático provocará impedirá que la gente vea más allá del humo que su carajillo caliente levanta en el bar, entre sus ojos y la televisión que le ofrece el fútbol, un episodio de cuéntame o cualquier otro vómito catódico.

Que mas quisiera que poder cerrar este corto afirmando con Su Santidad Benedicto XVI que “Los bancos caen. Sólo la palabra de Dios es estable”. A mi me parece que nos quedan bancos para rato. ¡Vivan las caenas!

http://www.minutodigital.com/articulos/2008/10/20/juan-v-oltra-los-bancos-caen/

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