miercoles 22 de octubre de 2008
El ‘guantanamazo de ZP y los ‘traedores’ modelo Moragas del PP
Antonio Martín Beaumont (Elsemanaldigital.com)
D ON Z tiene las manos libres, tanto como para decir "chitón" a banqueros, editores, patronal y sindicatos. Y, mientras, el PP ensimismado.
Andan algo preocupados en el PP porque, tras la calma chicha de las semanas posteriores a su congreso valenciano, ahora la presión a Mariano Rajoy sube decibelios y casi vuelve a colocarse a los niveles del pasado mes de mayo, cuando cada lunes era un calvario para su líder.
Suele decirse que se ve antes la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. Y en Génova muchos mandatarios populares, en lugar de analizar sus errores, se dedican con esmero a buscar obsesivamente en sus propias filas, por extraño que parezca, la mano negra que agita las aguas. ¿Será Esperanza Aguirre quien mueve los hilos? ¿Estará Aznar desde su nuevo despacho detrás de la jugada? Y Gallardón, ¿a qué dedica el tiempo libre?
Claro, que consagrarse a buscar conspiradores es mejor -para ellos- que analizar los efectos que tiene, por ejemplo, haber desactivado a la militancia, o comprobar si se han roto las líneas de comunicación con los medios, los opinadores y la opinión pública, o tener que preguntarse, en definitiva, fríamente, pasada la ebullición emotiva pre-congresual, si es Rajoy el adecuado para esta etapa popular.
C´est la vie de este PP entre paréntesis: mirarse el ombligo. Zapatero, montándose su Guantánamo económico particular con la ingente cantidad de 150.000 millones de euros para repartirlos a discreción, con unos ciudadanos acongojados por la crisis económica que quieren se les resuelve el problema -"como sea"- y no les importa convertirle en el "Gran Dictador" -jamás a un político en España se le ha dado tanto poder- entregándole sin cortapisas democráticas el poder económico, o sea: en la sociedad actual, todo el poder, sobre bancos, empresas, sindicatos, medios de comunicación y, por ello, opiniones y personas. Recuerden el pacto de silencio de los editores de la semana pasada con Zapatero descubierto gracias a la prensa digital. Y, mientras, los populares, distraídos con sus manías persecutorias en vez de cortar de una vez el nudo gordiano que les angustia.
Supongo, por ejemplo, que a Aguirre, ante la operación de "lluvia fina" para desgastarla en Madrid puesta en marcha por el PSOE, con los sindicatos como punta de lanza, en vez de una "sede nacional" que se lame sus heridas y mira de reojo desconfiada le hubiese gustado encontrar a un PP valiente, bien dirigido, con personalidad, en su sitio, beligerante, que le ofrece un paraguas.
Acabo de leer de un tirón Casta parasitaria, el libro que Enrique de Diego, periodista de raza y colaborador de este periódico, ha escrito y que está a punto de salir a la venta. Entre otras muchas cuestiones interesantes, que les recomiendo no se pierdan, De Diego revela el comentario de un veterano diputado del PP que afirma que su grupo parlamentario en el Congreso está dividido en tres partes: "Los que desarrollan actividad parlamentaria, los que han sido incluidos en las listas para ser liberados de modo que puedan tener dedicación plena a las labores internas del partido y, por último, el tercio de los que no deben molestar". Lo mismo le ocurre al PSOE, pero está en el Gobierno y la cosa cambia.
Me pregunto a cuál de esos tercios pertenecerán peperos como el flamante jefe de gabinete de Rajoy, Jorge Moragas. El papelón que hizo el pasado martes Su Señoría, diputado por Barcelona, antes de empezar la reunión entre el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición, colándose a la carrera en La Moncloa para saludar en posición orante a Zapatero ante toda España, es para nota. ¿Necesita el PP dar esta imagen de subordinación? ¡Qué hay más de diez millones de votos detrás!
Voy a permitirme una sugerencia a Enrique de Diego para su próximo libro: además del puñado de diputados que cuentan, los "fontaneros" del partido y los "estabulados" para que no molesten (todos, por cierto, a cargo del erario público), que añada la categoría del "traedor", modelo Moragas, es decir, los que sumisamente se dedican nada más a traer y llevar los papeles al jefe. Por lo visto son legión. Menudo drama vive el PP.
http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario