martes, octubre 28, 2008

Pablo Sebastian, Trichet, Almunia y el ataque a Siria

martes 28 de octubre de 2008
Trichet, Almunia y el ataque a Siria

Pablo Sebastián

La crisis económica sigue su demencial cabalgada hacia nadie sabe dónde y a la espera de que Barack Obama gane las elecciones, algo que el presidente Bush y el Partido Republicano de John McCain pretenden impedir a toda costa y puede que, por ello, las tropas americanas desplegadas en Iraq han decidido atacar territorio sirio -como lo ha reconocido la Casa Blanca- con la clara intención de reabrir la estrategia de la tensión militar, lo que podría beneficiar los intereses de McCain. La noticia, que estalló durante la tarde de ayer, coincidió con el nuevo derrumbe de las bolsas europeas, la española incluida, y vino a empañar el breve paréntesis de optimismo que ofrecía el anuncio del presidente del Banco Central Europeo, Trichet, a favor de una nueva reducción de los tipos de interés en la zona euro. Una decisión que coincidió con las declaraciones del comisario europeo Joaquín Almunia en las que declaró que hay que exigir responsabilidades a los culpables de la crisis económica, sin decir cómo ni a quién.

Que Estados Unidos haya decidido atacar el territorio sirio, a tan sólo una semana de la jornada electoral, no es una decisión casual por mucho que pretendan relacionarla con una operación de castigo a un traficante de armas sirio, o algo similar, que sin duda es un asunto menor en medio del conflicto iraquí, pero sin lugar a dudas muy importante para la campaña de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Así como para Israel, país que se dispone a convocar elecciones, y para la frágil estabilidad del Oriente Próximo, donde España tiene tropas desplegadas en el Líbano, el país fronterizo de Siria en el que habita Hamas, la organización radical aliada del Gobierno de Damasco.

Se había especulado, meses atrás, con la posibilidad de que Bush pudiera lanzar un ataque contra las centrales nucleares de Irán antes del final de su mandato y para ayudar a McCain en estas elecciones. Pero semejante uso de la fuerza hubiera sido desproporcionado y difícilmente justificado. Por eso el agonizante presidente americano ha querido reducir su estallido en la zona a la intromisión de aviones americanos en territorio sirio produciendo muertes y creando una nueva incertidumbre internacional, que dependerá sobre todo de la capacidad de respuesta de Siria, si es que la tiene. Pero la intención electoral de semejante ataque no deja lugar a dudas, y obligará a los dos candidatos a apoyar, sin fisuras, la provocación de Bush.

Y vamos a ver si el ataque a Siria queda en un simple incidente sin mayores consecuencias o si, por el contrario, esa mecha encendida, calculadamente, va a más y consigue su objetivo de incidir en la campaña electoral en curso. Habrá que esperar, aunque mientras tanto esta noticia ha empañado el que se esperaba un buen día tras el anuncio de Trichet de una nueva bajada de los tipos de interés en la zona euro, medida que llega tarde y que continúa siendo escasa, vistas las necesidades del mercado financiero e hipotecario. Pero algo es algo, y todo apunta a que Trichet se empieza a enterar de que la ortodoxia económica de los pasados años ya no sirve para el momento actual, que necesita de unas nuevas y más audaces iniciativas si de verdad se quiere combatir el mal en su raíz.

Un mal que el comisario Almunia dice que hay que extirpar exigiendo las oportunas responsabilidades a los autores de la crisis, pero sin decir cómo ni a quiénes hay que aplicar el castigo ejemplar que reclama. Y si de lo que se trata es de responsabilidades políticas o económicas y sociales, ¿acaso no habría que empezar por Zapatero y Solbes, que negaron hasta el pasado mes de julio la existencia de la crisis, perdiendo más de un año para poder prevenir sus efectos demoledores? ¿O está pensando Almunia en algunos presidentes de empresas y entidades financieras españolas? Y si es así, que nos diga los nombres para que dichas responsabilidades las podamos exigir. A lo mejor quienes debían dimitir son los presidentes del BCE, Trichet, y del Banco de España, Fernández Ordóñez, por no vigilar y permitir lo que nunca han debido consentir.

http://www.estrelladigital.es/ED/diario/49772.asp

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