jueves, octubre 30, 2008

Atentados y declaraciones

31-X-2008
Atentados y declaraciones
No ha estado muy afortunado Alonso asegurando que ETA demuestra su "bajeza moral" al atentar contra una sede de la cultura, el pensamiento y la "universalidad". Como si hacerlo contra una fábrica, una casa-cuartel o un supermercado fuera menos indigno.

Una vez más, el terror vuelve a hacer acto de presencia. Aunque en esta ocasión no haya que lamentar víctimas mortales, casi se puede calificar de milagro que ETA no haya provocado una masacre.

Muchas veces se ha hablado de la madurez de los españoles ante el fenómeno terrorista, de la capacidad de nuestra sociedad de convivir con la barbarie sin sucumbir a ella. Esa impresión quedó ya algo maltrecha tras el 11-M y se hizo añicos con la aquiescencia de una parte considerable de los ciudadanos a las negociaciones de Zapatero con los terroristas. Sólo así se explica que puedan pasar por normales, o incluso por aburridas, algunas de las declaraciones políticas que hemos tenido que escuchar tras el atentado de ETA contra la Universidad de Navarra.

Porque resulta de una absurda ceguera, cuando no de una extraordinaria caradura, los reclamos a favor de la "unidad de los demócratas" para acabar con el terrorismo. Por parte de unos, porque después de todo lo ocurrido en la legislatura pasada no se puede creer en la determinación del Gobierno para acabar con ETA por la vía legal y policial, y por parte de los otros, porque no se puede hablar de una unidad que se encargaron ellos mismos de romper negociando con los terroristas la rendición del Estado de Derecho a sus intenciones.

Tampoco ha estado muy afortunado José Antonio Alonso asegurando que ETA demuestra su"bajeza moral" al atentar contrauna sede de la cultura, el pensamiento y la "universalidad". Como si hacerlo contra una fábrica, una casa-cuartel o un supermercado fuera menos indigno. No parece mucho pedir a nuestros políticos que, tras tantos años de terrorismo, se lo pensaran dos veces antes de dar sus mensajes de condena, que deberían tener

Pero son las declaraciones de Ibarretxe las que más vergüenza ajena, o algo peor, provocan. Parece como si el jefe del Gobierno vasco quisiera esconderse detrás del tremendismo para ocultar su descarada connivencia con los fines de ETA y su comprensión siempre renovada hacia ese "frente amplio" de la banda, cuya persecución legal él y su partido disfrazan de ataque a todos los vascos. Que el padre de una consulta diseñada para acabar con la Constitución hable de la "degradación ética, inmoral, inmensa e infinita" y de un "principio de locura evidente" de aquellos con los que comparte objetivos sería de chiste si no se tratara de uno de los mayores problemas que arrastra España, en cuya solución el PNV jamás se ha destacado por sus aportaciones, sino por los obstáculos que ha puesto.

Parece que nuestros políticos –algunos conscientemente, otros por torpeza– siguen negándose a ver una realidad evidente: que estamos librando una lucha sin cuartel contra unos asesinos que matan por implantar unos fines políticos totalitarios, que lo único de lo que se debe hablar es de la manera en que se les va a detener y encarcelar y que la acción política debe estar encaminada a poner sus fines más lejos de realizarse con cada crimen que cometen.

Así las cosas, ¿cómo es posible que un político tan bregado y con tanta experiencia como Rubalcaba se ponga a discutir sobre la buena o mala fe de estos criminales con las llamadas de aviso? ¿Acaso quiere volver a blanquearlos, como hicieron constantemente tanto él como su Gobierno durante la pasada legislatura, cuando subraya con tanto énfasis esa falsedad de que siempre avisan de la colocación de un artefacto explosivo y que esta vez lo "hicieron mal"?

Cada año que pasa sin que ETA haya desaparecido crece la convicción de que cuando finalmente sea vencida lo será a pesar de los políticos, y no gracias a ellos.


http://www.libertaddigital.com/opinion/editorial/atentados-y-declaraciones-46130/

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