miércoles, octubre 29, 2008

Alfonso Garcia Nuño, Tres crisis, ¿cual es la peor?

jueves 30 de octubre de 2008
ECONOMÍA, POLÍTICA Y MORAL
Tres crisis, ¿cuál es la peor?
Por Alfonso García Nuño
Ahora es frecuente subrayar que algo es histórico. Es uno de esos ganchos con los que se intenta atraer a la audiencia que, al oírlo, no puede dejar de prestar atención. Sería una lástima perder ese momento cimero de la vida de la humanidad. Más cuando hay que llenarla sea como sea, pues perdida la esperanza en la eterna, la existencia parece un cubo agujereado al que, por más agua que se le eche, siempre necesita más, nunca acaba de llenarse.

Pero es bastante huero llamar así a algo simplemente porque presente una cierta peculiaridad o novedad En este sentido, todos los momentos son históricos, todos tienen algo de nuevo y todos están radicados en la Historia. Mas en ésta, hay ocasiones en que los cambios que se producen no son simplemente modulaciones de los modelos vigentes, sino que suponen el cambio del mismo. Es lo que Ortega entendía propiamente por crisis y, si a algún momento hay que calificarlo de histórico para resaltarlo de otros, es a éstos.

Pues bien, no creo que sea difícil percatarse de que probablemente la presente sea, en mucho tiempo, una de las peores crisis por las que haya pasado últimamente Occidente y, con él, el resto del mundo. Pero la crisis no es solamente económica y, claro, en España tiene sus propias características, que dan al enfermo un pronóstico peculiar.

Desde luego hay una crisis económica. Lo que tenemos en común con todo el mundo es lo financiero, pero además hay elementos que, en nuestros lares la agravan más; basta comparar las últimas cifras de empleo con las de los otros países occidentales. Pero momentos críticos en la economía ha habido muchos en la Historia y los motivos de los mismos han sido muy variados. ¿Qué hay detrás de la actual más allá y por debajo de lo estrictamente económico? Un fenómeno como el presente requiere tiempo para analizar; con todo, me atrevo a adelantar dos pistas. El consumo y la codicia casi desbocados, especialmente en las sociedades occidentales y no solamente de las personas más pudientes, y una creciente sensación de omnipotencia, favorecida por la cada vez más poderosa tecnología y por la desaparición de la amenaza comunista: ¿quién puede frenar a los dioses?

Hay también una profunda crisis socio-política. Las reacciones de los principales dirigentes ante la debacle económica, así lo ha puesto de manifiesto. En España era bastante patente hace tiempo. Con frecuencia he hablado de la situación comatosa de nuestra Constitución, parece que caminamos decididos hacia la argentinización de la vida política. La democracia se ha ido fragmentando, el informe de daños sería prolijo e innecesario; habría que estar muy fuera de la realidad para no darse cuenta. Aunque ésa es precisamente una de las raíces: la dimisión de la sociedad. Parece que preferimos no enterarnos.

De fondo, también está el desplome moral. Cuanto más materialista se vuelve el hombre, más individualista y egoísta se hace, más inmediatista en la solución de sus problemas y menos aprecia la libertad verdadera, pues le va bastando con satisfacer sus instintos y pulsiones: ¡Otra de gambas! Pío Moa resume esta crisis moral en tres palabras: trola, choriceo y puterío. Le falta una, faca; porque matar está a la orden del día. Lo hacemos con cientos de miles de niños antes de nacer; en algunos sitios, los viejos corren peligro; en España, nos disponemos a ello: ¿quién será el siguiente en la lista?

Nos hemos cargado la segunda tabla del decálogo, no por no cumplirla, sino por haberla derogado. Pero ha sido porque antes hemos prescindido de la primera. Sin Dios ni espiritualidad, reducido el hombre a materia, es muy difícil que pueda tener moral una sociedad y, sin ésta, todo lo demás se viene abajo. Si sólo somos materia, es una necedad hablar de valores, deber, libertad, responsabilidad, incluso de dignidad humana. En vez de moral, como mucho, habrá policía, el límite al obrar será el miedo y el estímulo, las pasiones.

http://iglesia.libertaddigital.com/tres-crisis-cual-es-la-peor-1276235652.html

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