miércoles, octubre 29, 2008

Juan Orellana, Retorno a Brideshead

jueves 30 de octubre de 2008
CINE
Retorno a Brideshead
Por Juan Orellana
El cineasta británico Julian Jarrold, que ya se aproximó con éxito a la literatura inglesa en La joven Jane Austen, adapta en esta ocasión el título más conocido del novelista converso al catolicismo Evelyn Waugh (1903-1966), Retorno a Brideshead. Esta obra se hizo muy popular gracias a una serie televisiva británica de once capítulos, protagonizada por Jeremy Irons en 1981; serie que hace gala de uno de los mejores diseños de producción de toda la historia de la televisión.

El argumento de la novela se articula desde el punto de vista de Charles Ryder, un joven de clase media que llega a estudiar a la Universidad de Oxford, donde conoce a un compañero muy especial: el alcohólico y homosexual Sebastian Flyte, el hijo pequeño de la aristocrática familia católica Marchmain, propietaria del impresionante palacio de Brideshead. Charles se va integrando poco a poco en la familia y se enamora de Julia, la hermana de Sebastian. La convivencia del ateo Charles con el catolicismo en crisis de los Marchmain va a originar una serie de procesos personales que constituyen el despliegue antropológico del argumento. En 1959, el autor Evelyn Waugh declaró que el tema de su novela Retorno a Brideshead era la influencia de la gracia divina en un grupo de personajes muy diferentes entre sí. Pero es precisamente esta motivación vertebral la que queda gravemente desdibujada en esta adaptación cinematográfica.

Todo el desarrollo dramático del film –que no de la novela– gira en torno a la idea del catolicismo y la conciencia de culpa. Los personajes ven obstaculizados sus deseos a causa de un catolicismo entendido exclusivamente como moralismo férreo y normativo. Pero como a la vez dichos personajes intentan cumplir dichos anhelos el resultado se complica con una pesada conciencia de culpa que va aplastando la cerviz de los personajes. En realidad, al partir en sus fundamentos de una concepción gravemente reductiva y distorsionada del catolicismo, toda la construcción dramática del film se viene abajo. Se trata de una ocasión desaprovechada, porque el catolicismo podría haber aparecido como cómplice de esa permanente insatisfacción deseosa que manifiestan los personajes, y no como su cercenador.

En la novela este moralismo carcelero aparece mucho más atenuado y el catolicismo de la madre y otros personajes resulta mucho más oxigenado que en el film. De esta manera se traiciona en cierto modo el espíritu de la novela sobre la que se inspira el guión de este film, firmado por Andrew Davies y Jeremy Brock. Como es natural en cualquier adaptación, muchos pasajes están suprimidos, lo cual no es en principio un defecto, pero la motivación inicial de Evelyn Waugh sí que ha sido lamentablemente amputada. Hay que decir que tampoco en la novela el asunto presenta un tratamiento redondo.

A pesar de este defecto de fondo, la película está muy bien realizada, con una puesta en escena muy adecuada. Actores poco conocidos como Hayley Atwell, Ben Whishaw o Matthew Goode dan la réplica de forma muy convincente a veteranos como Emma Thmpson o Michael Gambon. La fotografía de Jess Hall es excelente, así como la ambientación, realmente esmerada.

http://iglesia.libertaddigital.com/retorno-a-brideshead-1276235643.html

No hay comentarios: