miércoles, octubre 22, 2008

Ferrand, Refundar el sentido comun

Refundar el sentido común

M. MARTÍN FERRAND

Jueves, 23-10-08
LA situación económica es mala, tiende a peor y es evidente que el proyecto económico gubernamental -los Presupuestos Generales del Estado para 2009- no resolverán un problema que afecta directamente a los ciudadanos y, pudiendo haberlo sido, no fue previsto y anticipado para no perturbar la marcha y la propaganda socialista en las últimas elecciones generales. El mal es de muchos, universal, pero eso no sirve de consuelo ni justifica una buena parte de la guarnición que acompaña al plato y que es fruto del propio José Luis Rodríguez Zapatero y sus delirios populistas, consentidos por Pedro Solbes y su mariachi asentidor.
Tampoco en el resto de Europa, el continente que se dice unido y es muestrario de la más diversa fenomenología económica, lo tienen muy claro. Salvo Angela Merkel, que no quiere que le anden toqueteando ni el cuerpo ni el espíritu nacional y que compatibiliza la inquietud del futuro con hechos concretos en el presente, los restantes líderes están igual de perdidos que el nuestro. Nicolas Sarkozy, presidente de turno de la UE, quiere «refundar el capitalismo», que viene a ser, si hablamos en serio, como hacerlo con la ley de la gravitación universal, la de Isaac Newton; pero, al mismo tiempo, se atrinchera en un nacionalismo económico tan anacrónico como contrario al espíritu fundacional y a la práctica monetaria de la Unión que ahora le toca presidir.
Cuando estaba de moda «ser de izquierdas» y se sentaron las bases que hoy marcan la escasa productividad española y la consecuente falta de competitividad nacional en los mercados internacionales, se decía que el dinero no tenía ni bandera ni corazón. Sobre ello se construyó un mercantilismo «de centro», socialdemócrata, que ahora cubre el Continente y, en un salto atrás, Sarkozy se ha puesto a bordar el signo del euro sobre su bandera tricolor. ¡Qué disparate! No quiere que nos despertemos una mañana y veamos «las compañías europeas en manos extranjeras». ¿Dónde empieza el extranjero para el presidente francés? Los otros europeos no han tenido muchas facilidades para traspasar los fácticos blindajes de las empresas galas.
Sarkozy, ya digo, quiere «refundar el capitalismo» y no cuenta para ello con Zapatero. ¿No sería más fácil y alcanzable una refundación del sentido común? Quienes deben estar en la cumbre refundadora importa poco y es, de hecho, objetivable. Lo importante, para empezar, es exigir el cumplimiento estricto de los reglamentos vigentes. De haberlo hecho, especialmente aquí -desde la CNMV al Banco de España-, la situación sería menos desesperada. Mezclar con todo esto el problema de la presencia internacional de España, que tanto ha deslucido el zapaterismo, es confundir las churras con las merinas. Otra cuestión. Especialmente en circunstancias extremas, los asuntos deben resolverse de uno en uno. Los lotes llevan al fracaso.

http://www.abc.es/20081023/opinion-firmas/refundar-sentido-comun-20081023.html

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