jueves, agosto 16, 2007

Manuel Huertas, Errores en Navarra

Errores en Navarra
16.08.2007 -
MANUEL HUERTAS

Por fin hay presidente del Gobierno en Navarra, pero no ha sido elegido el deseado por la mayoría de los navarros. Mucho tiempo y muchas expectativas para que terminen gobernando los mismos, aunque ahora en minoría. Cabe preguntarse cuál es la razón para que no gobierne la mayoría. La respuesta nos la dio la dirección del PSOE evitando que prosperase el acuerdo programático madurado entre el PSN y NaBai e IU, que era la alternativa mayoritaria a Sanz. Respuesta basada, al margen de otros argumentos que han circulado, en la hipotética repercusión electoral que tuviera para el PSOE en las próximas elecciones generales un gobierno con los nacionalistas democráticos en Navarra.Después de dejar transcurrir dos largos meses de negociaciones, el temor, como peor inspirador de la política, ha conseguido frustrar el objetivo y compromiso electoral del PSN y ha causado una fuerte indignación en muchos socialistas, empezando por los vascos.Y es que ahora siguen gobernando quienes convocaron una manifestación en contra de una supuesta entrega de Navarra a ETA; los que en reiteradas ocasiones nos han insultado... y aquéllos que manifestaron que en Navarra se podía votar de dos maneras: a los que estaban con ETA o a los que estaban por su derrota y con la víctimas, que eran presuntamente los de UPN. En definitiva, gobiernan los que desde la derecha más recalcitrante han contribuido a dividir la sociedad navarra.A quienes cometen tan graves errores no se les puede dejar 'de rositas', a no ser que cometamos nosotros un mayor error. Aquí el único error ha sido no dejarles fuera del Gobierno, basándose, a mi entender, en cálculos electorales posteriores poco fundamentados. El Ejecutivo de Navarra ha salido al gusto del PP y ha dejado satisfecho al nacionalismo más radical y antisistema. La derecha española ha causado mucho daño a este país porque ha hecho de la política antiterrorista, que es política de Estado y la dirige el Gobierno de la nación, política partidista cimentada en falsos argumentos y expresiones deleznables. Introducir a NaBai en el Gobierno de Navarra con un programa acordado era una forma de hacer ver al mundo radical violento que con las reglas de juego democráticas no sólo se puede hacer política, sino gobernar.Si se hubiese optado, y hecho valer desde un inicio, por la tesis de que gobernase la fuerza política más votada, debería haberse dicho contundentemente el día 28 de mayo, al tiempo de exigir el mismo tratamiento al menos para Canarias y Guipúzcoa. Hemos perdido más de dos meses, se ha ido contra la opinión prácticamente unánime de los socialistas navarros, se ha escenificado de forma conflictiva la renuncia a gobernar, dejando en el camino al candidato Puras y a un sinfín de dirigentes y militantes que veían en esta situación una forma también de recuperación y salida de una profunda crisis que ha atravesado el PSN desde los últimos años del Gobierno de Urralburu. Pues bien, en lugar de salir todos de la mano de esa crisis, se ha metido al partido en otra, más agria y donde vuelven a aparecer algunos fantasmas de confrontación del pasado.Es difícilmente entendible que se gobierne con los nacionalistas en Cataluña, Galicia, Baleares... incluso, con su ayuda, en el Ejecutivo de España, y no se pueda gobernar con ellos en Navarra por temor a que el PP nos acuse torticeramente de gobernar con gente que perteneció a ETA o a su entorno.No es éste el mejor ejemplo para atraer a aquéllos que deseen abandonar definitivamente la violencia. Hoy, Aralar, dentro de NaBai, es un instrumento importante para la consecución de la paz, porque ofrece la garantía de haber renunciado a la violencia sin pedir a cambio precio político, simplemente por convicción democrática. Aval suficiente para que hubiera prosperado un gobierno de coalición, de cambio real y de progreso en la política navarra. El esfuerzo de los socialistas debe ponerse en combatir la argumentación de la derecha nacionalista española, que utiliza el terrorismo para permanecer en el poder o lograrlo. En ningún caso podemos manifestar dudas o debilidad ante ella. En esto no puede haber concesiones.

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