jueves, agosto 16, 2007

Garcia Brera, Tremendo Agosto

jueves 16 de agosto de 2007
Tremendo Agosto
Miguel Ángel García Brera
A GOSTO es el mes estrella de las vacaciones, aunque desde hace algún tiempo la cuestión va cambiando y, en lugar de las vacaciones de a mes, parece que los españoles prefieren dividirlas a lo largo del año en periodos más cortos, si bien sigue habiendo una dificultad importante en el caso de los matrimonios jóvenes con hijos a los que los colegios dan suelta todo el verano. Lo que no cambia es la fiebre de la carretera que no varía de un año a otro, provocando, supongo, dolor de estómago a los jefes de tráfico que porque una semana son menores los accidentes nos adoctrinan sobre lo bueno que ha sido el reglamento por puntos, encontrándose al siguiente “puente” con que el número de muertos del periodo anterior se incrementa en más de una docena. La incultura automovilística, unida al machismo español, ahora agravado con el machismo que dejamos incrustado y agrandado en algunos países cuyos pobladores han hecho en nuestra época el camino inverso de los conquistadores, introduce cada día en la carretera factores de riesgo mayor. Lo que ocurre es que, si el riesgo fuera tenido en cuenta , en este momento histórico donde es difícil no hallarlo potencialmente en toda actividad, desplazamiento o medio de transporte, no nos moveríamos. Por eso, la sana intención de quienes cuelgan de la carretera cartelones en dos idiomas haciendo notar que, en un cierto tiempo, han muerto tal o cual número de personas en transito, más que hacer reflexionar al conductor, simplemente lo ignora, lo tiene por no leído, o, incluso, le distrae, aumentando el riesgo de que en el próximo cartel figuren él y su familia. Por lo demás, este Agosto de 2007 no ha entrado con muy buen pie y ahí tenemos a la ministra de Fomento sudando la gota gorda en el Congreso, pese a que supongo que los padres de la Patria no estarán mal surtidos de aire acondicionado y fresquito. Lo de Cataluña clama al cielo, por mucho que doña Magdalena – creo que se llama así la ministra, aunque no estoy muy al tanto, porque tal y como va la política tanto monta monta tanto esta ministra o ministro como otra u otro – se empeñe en recordar la mucha pasta que el Gobierno ha insuflado a esa Comunidad. Incluso para mi ese recordatorio es pernicioso, porque si hemos sangrado las arcas de todos para favorecer a algunos – a los catalanes en este caso – y el resultado es el horror que sufre Barcelona estas semanas, o es que ha habido corrupción y el dinero se ha ido donde no debe, o ha habido inutilidad y negligencia de modo que el dinero se ha gastado sin su adecuado beneficio para aquellos a quienes se pensaba mejorar sus infraestructuras. En fin, que no parece de recibo gastar tanto para no pasar un día sin que se caiga un túnel afectando a todo un barrio, sufrir apagones bestiales, mientras las Eléctricas se inculpan mutuamente, o aguantar interrupciones en los servicios de cercanías, agobios en el aeropuerto, caravanas en las carreteras y no se cuantas desdichas más, que a mi me duelen como mías, pues así considero a Cataluña, como me ocurre con cualquier otra Comunidad del Estado español, incluida, claro está, la Cantabria donde nací. Pena dar pensar que en la tierra catalana empiezan a ocurrir estas cosas cuando lo gobierna un tripartito, entreverado de algunos cuasiseparatistas, y dice la ministra que el Gobierno les ha dado tanto por pura magnificencia y ahora se lo va a incrementar por Estatuto.. ¡Como para independencias está la cosa! Este Agosto viene tan poco de cara que hasta en la Mancha, casi caen a tierra los Molinos que Don Quijote no pudo derrotar y el terremoto ha hundido el techo del Teatro Municipal en Almagro, donde al teatro es la madre del cordero y el cordero de lo mejorcito de España. En Pedro Muñoz, donde se ha situado el epicentro – y todavía no se s habrá tirado mi casa, pues no he tenido tiempo de ir a comprobarlo, había estado yo una semana antes y pude observar un tornado y el mayor golpe de lluvia que haya visto caer en un cuarto de hora. No se si eso fue un anticipo, una premonición, o una casualidad que unió, con tan poca diferencia de tiempo, dos fenómenos de la naturaleza, inusuales en esa zona. Por si fuera poco, este verano nos ha impactado una noticia turística verdaderamente espeluznante. Un grupo, de Cataluña también, con cuyos familiares nos solidarizamos y compartimos dolor, fue objeto de un atentado bestial en el Yemen. El turismo que se hace cada día más popular y a cuyo servicio se ponen las mejores iniciativas, se ve salpicado por la política y los desencuentros entre los países. A veces dan ganas de renunciar al viaje, pero quienes sabemos que viajar enriquece tanto como aprender y levanta el ánimo tanto como la mejor medicina, debemos alejarnos de esa tentación de quietismo. Tal vez algún día, visitando un país lejano, nos alcance un tsunami, pero puede que el reciente terremoto español, con haber sido, gracias a Dios, incruento, nos avise de que el viajero igual puede llevarse un gran susto en la tranquila villa de Pedro Muñoz, capital del mayo manchego y elaboradora de excelentes caldos, que en cualquier otro lugar del mundo. Mientras escribo esto, unos excursionistas en autocar han encontrado la muerte o el sufrimiento, camino de Cádiz, al parecer porque el conductor sufrió una distracción, que, si uno se examina, no pasa de ser algo que a todos nos ha ocurrido alguna vez cuando conducíamos. De todos los lugares que visite, lo más probable es que el viajero regrese feliz, pero también es cierto que en ninguno el hombre tiene asegurada la salud, la subsistencia, ni el bienestar. Todo eso le va llegando cada día; y cada día, aunque al que lo tiene suele parecerle imposible, puede perderlo. Como dice un amigo mío, “no te digo ni que sí ni que no, lo más seguro es que ya veremos”. Y en Agosto, sobre todo.

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