viernes, agosto 17, 2007

Ayuntamientos en precario

viernes 17 de agosto de 2007
Ayuntamientos en precario
LOS más de 8.000 ayuntamientos españoles sufren una insuficiencia crónica de recursos financieros. Hace tiempo que la Federación Española de Municipios y Provincias reclama atención sobre un problema que, una vez más, parece destinado a no superar la barrera de las promesas incumplidas. El anterior ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, anunció muchos buenos propósitos en materia de descentralización en favor del nivel municipal, sin duda el gran perdedor en la distribución territorial del poder frente a la pujanza de las comunidades autónomas. Por eso la nueva ministra debería decir algo respecto al proyecto de Economía según el cual los ayuntamientos perderán mil millones de euros por la previsión bajista en la estimación de ingresos realizada por el departamento que dirige Pedro Solbes. Se trata de una previsión calificada de «raquítica» por un informe del que ayer daba cuenta ABC, de acuerdo con el cual, por citar ejemplos notorios, Madrid dejará de percibir en 2008 nada menos que 85 millones de euros, Barcelona casi 62 y así sucesivamente. Por lo demás, el proyecto no sólo afecta a las grandes capitales, sino que causa un grave daño a los pequeños municipios que no cuentan ni siquiera con los recursos necesarios para atender a los servicios públicos elementales. Es una buena oportunidad para que Elena Salgado haga oír su voz como responsable del buen funcionamiento de las administraciones territoriales, aunque sea a costa de rechazar las proyecciones a la baja del vicepresidente económico. De lo contrario, habrá que suponer que la ministra prefiere pasar inadvertida en los escasos meses que le esperan al frente de un departamento que suele ser poco lucido para la imagen pública de su titular.
Si se pretende que la legislación de régimen local y la reforma de su financiación se planteen como una cuestión de Estado, según asegura el presidente de la FEMP, hay que empezar por abordar el asunto con generosidad y sin cerrar el grifo presupuestario antes de empezar a discutir. La precariedad de recursos que padecen la gran mayoría de los ayuntamientos se mitiga a través de fórmulas poco satisfactorias, como la subida de impuestos propios y, en especial, a través de la gestión urbanística. Cuando se habla de la vivienda y del precio del suelo urbano suele olvidarse que son los propios municipios los que necesitan acudir a la única fuente que satisface sus necesidades. El círculo vicioso se cierra a veces con casos de corrupción, que generan el lógico escándalo cuando saltan a la luz pública. Por todo ello, la suficiencia de las haciendas locales no es una cuestión exclusivamente técnica, sino que tiene un hondo significado como prueba de la voluntad real del Gobierno.

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