martes, junio 05, 2007

Roberto Bermejo, Denunciar y celebrar

martes 5 de junio de 2007
Denunciar y celebrar
ROBERTO BERMEJO /PROFESOR DE LA UPV-EHU Y MIEMBRO DE BAKEA
El 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, es una fecha en la que se suele denunciar el proceso intenso de destrucción de la naturaleza y hacer una llamada a pararlo. Últimamente apenas pasa un día sin que los medios de comunicación de masas nos informen de alguna cuestión relacionada con dicho proceso. Este fenómeno es particularmente llamativo en el caso del cambio climático, hasta el punto de que se ha convertido en un tema políticamente correcto, 'tapando' otro aún más grave e inmediato: la proximidad del techo de extracciones del petróleo. Además, el problema del cambio climático se está exagerando, porque, como muestran estudios recientes, incluso aceptando previsiones tan 'optimistas' como la de British Petroleum sobre las reservas de combustibles fósiles, éstas no son suficientes para provocar, al menos, las elevaciones de temperaturas más altas del abanico que prevén los científicos. Con ello no quiero decir que el cambio climático no sea ya un problema grave y que no se vaya a agravar, por lo menos, a medio plazo, sino que deseo destacar la gravedad de la escasez de combustibles fósiles, los cuales han hecho posible esta civilización. Por otra parte, hay sociedades que son conscientes del problema y trabajan por una rápida transformación energética. Indudablemente aquí sólo puedo realizar unas 'pinceladas gruesas', que, sin embargo, permiten ver los fuertes trazos de la realidad emergente. Este enfoque permite ofrecer una dimensión de celebración que también debe tener este día. Y es que la conciencia del techo del petróleo está creciendo rápidamente. Ya ha afectado a varios Estados y regiones, así como a muchas ciudades y pueblos del mundo.El primer ministro sueco declaró en septiembre de 2005 la cercanía del techo del petróleo y estableció el objetivo de eliminar el uso de todos los combustibles fósiles para 2020. Ahora Suecia está aplicando la estrategia 'Haciendo de Suecia una sociedad libre del petróleo', que fija el objetivo de reducción del 40%-45% en el consumo de combustibles fósiles para 2020. Esta meta general se desglosa en las siguientes: mejora de la eficiencia en un 20%; eliminación del petróleo en la calefacción residencial y de edificios comerciales y sustitución por residuos de madera; reducción del 40%-50% del petróleo consumido en el transporte; y reducción del consumo industrial del petróleo en un 25%-40%.Desde finales de 2005 proliferan municipios (especialmente en el mundo anglosajón) que aprueban resoluciones sobre la proximidad del techo del petróleo y empiezan a elaborar estrategias transformadoras. Ejemplos son ciudades tan importantes como San Francisco y Oakland (California), Portland (Oregón), y Hamilton y Burnaby (Canadá). También lo han hecho múltiples poblaciones de menor tamaño en Norteamérica y en el Reino Unido. El Gobierno de Australia occidental admite también el techo y está aplicando una estrategia transformadora. La resolución aprobada por Oakland establece el objetivo de independencia de los combustibles fósiles para 2020. Portland pretende reducir su consumo en un 50% para 2025, lo cual supone una reducción per cápita de dos tercios, teniendo en cuenta el aumento de población previsto. Por último, el Cabildo de la isla de La Palma (14 municipios) acaba de aprobar una declaración del techo del petróleo y elabora una estrategia para eliminar los combustibles fósiles en plazo breve.Pero hay múltiples experiencias que, sin nacer de una explícita asunción del techo del petróleo, son muy importantes. Entre los ejemplos a escala estatal destacan las islas, por ser especialmente vulnerables al colapso del techo. El Gobierno de El Hierro ha conseguido la financiación que buscaba desde hace años para lograr que toda la energía utilizada sea renovable, y pretende conseguir este objetivo en 2010. Madeira y Creta analizan la experiencia para imitarla. El Gobierno balear ha hecho público un plan para el autoabastecimiento energético de Formentera, mediante placas fotovoltaicas. El objetivo del Plan Energético de Canarias es muy estimable, ya que establece que para 2015 el 30% de toda la demanda energética se cubra con energías renovables. Sin embargo, otras comunidades autónomas están emprendiendo políticas más ambiciosas. El 80% de la electricidad consumida en Navarra es renovable (sobre todo eólica) y el objetivo del Gobierno es llegar al 100% en 2010. Castilla-La Mancha se ha marcado que la electricidad renovable alcance el 100% del consumo en 2012 (ahora cubre un 39%).Por último, cabe detenerse en los casos de Dinamarca y Cuba, que muestran respuestas ejemplares a una escasez aguda e incidental de petróleo. Dinamarca empezó a aplicar una política de drástica reducción de su dependencia por el impacto severo de las crisis del petróleo de la década de los setenta, y no la eliminó cuando volvieron a bajar los precios. Aparte de las medidas de choque del momento, en 1976 el Gobierno danés adoptó una estrategia de desarrollo de las energías renovables, de la eficiencia y la prospección de yacimientos de gas natural y petróleo en el Mar del Norte. Ahora es autosuficiente en energía (incluso exporta pequeñas cantidades de petróleo y gas natural), pero el consumo de energía ha permanecido constante durante más de treinta años, mientras que el PIB se ha duplicado. La energía eólica alcanzó el 20% del consumo eléctrico y pretende incrementar este porcentaje con eólica marina. En eficiencia destacan estos resultados: el 61% de las viviendas aprovechan el calor residual de las centrales térmicas para la calefacción; se ha producido un progresivo endurecimiento de los estándares de eficiencia energética en edificios y electrodomésticos; se impone una fiscalidad muy alta sobre el consumo energético; se ha implantado un impuesto de matriculación de coches de un 105% del valor del mismo.Cuba se ha convertido en referente por su forma ejemplar de afrontar una crisis energética extrema. En 1990 y como consecuencia del colapso del régimen soviético, perdió los suministros de petróleo barato de la URSS (suponía el 50%) y el 80% de sus importaciones y exportaciones. La entrada de petróleo se redujo en un 90%. Como la electricidad se producía especialmente con gasóleo, los cortes llegaron a 16 horas diarias. Las actividades que dependían del petróleo fueron casi paralizadas, exceptuando la generación eléctrica. La producción agrícola se redujo en un 50% por falta de abonos químicos y pesticidas. El consumo de alimentos cayó un 20% y la gente perdió mucho peso. El primer año su PIB se redujo en un 34% y en los siguientes continuó cayendo. EE UU endureció el bloqueo con tres leyes nuevas (en 1990, 1992 y 1996), que hicieron aún más difícil la situación. El Gobierno priorizó la alimentación y la máxima actividad económica posible, e impulsó la respuesta espontánea de la población de las ciudades de cultivar alimentos en terrenos baldíos o tejados. Desmembró las grandes granjas estatales en unidades menores, frecuentemente en régimen cooperativo, y se desarrolló la agricultura ecológica (un 80% en la actualidad). El Gobierno además impulsó las energías renovables, principalmente biomasa (suministra el 30% de la electricidad), pero también la fotovoltaica (en áreas rurales) y la eólica, en la medida en que sus altos costes en aquella época se lo permitieron. Se habilitaron los autobuses para que llevaran a mucha más gente e importaron 'trailers', y sobre las 'góndolas' construyeron autobuses capaces de albergar hasta 300 personas. Se importaron 1,2 millones de bicicletas de China. A pesar de que la economía cubana se sigue recuperando a ritmo fuerte (crece anualmente un 6%) y de que la colaboración con Venezuela es intensa (este país suministra petróleo a naciones de Centroamérica y del Caribe a precios subvencionados), el Gobierno cubano está reforzando sus políticas de ahorro energético y de uso de energías renovables. Es consciente del techo. La organización conservacionista internacional WWF ha realizado un estudio sobre la sostenibilidad de los Estados y ha llegado a la conclusión de que Cuba es el único país que «cumple los criterios mínimos para la sostenibilidad». rbermejo@bakeaz.org

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