miércoles, junio 20, 2007

Luis de Vega, Los parias del nuevo milenio

miercoles 20 de junio de 2007
Los parias del nuevo milenio
POR LUIS DE VEGA
Papy, Didier, Chimene, Tresoir, Vital, Thiti... Así hasta catorce nombres anónimos que han saltado a la escena estos días en Rabat para recordarnos que los refugiados son cada vez más y los que los defienden parecen ser cada vez menos. Matilde Magnin, mozambiqueña que lleva 15 de sus 28 años dedicados al teatro, ha escrito «El viaje» para estos actores primerizos llegados a Marruecos desde Chad, Costa de Marfil, Angola y los dos Congos.
Un refugiado contó su odisea a Matilde, que finalmente le dio forma de texto teatral sin querer desvelar la identidad del verdadero protagonista. «El viaje» habla de África y los africanos pero sobre todo de la cada vez más extendida obsesión por irse, por emprender de manera forzada el camino lejos de sus casas al que les obliga la vida. Luchan contra las desgracias que han convertido al continente en una auténtica olla a presión.
Con motivo del día mundial del refugiado, que se celebra hoy, Naciones Unidas ha recordado que su número ha aumentado por vez primera desde 2002. En Marruecos hay 638 refugiados y 1.060 demandantes de asilo -entre ellos este grupo de actores de teatro-. Lo malo es que el Reino alauí es firmante de la Convención de Ginebra pero no da validez al estatuto de estos refugiados.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) afronta así una situación de enorme debilidad, inservible a menudo como escudo para defender los derechos de los refugiados ante los abusos de las autoridades locales. «No tienen acceso servicios públicos, ni al mercado laboral, ni disponen de tarjeta de residencia», denuncia a ABC impotente Johannes van der Klaauw, responsable de Acnur en Marruecos.
Mientras Papy, Didier y los otros interpretan «El viaje», la sede de Acnur en Rabat es escenario de frecuentes protestas. «Estamos bloqueados porque Marruecos no reconoce nuestro estatuto de refugiado y el Acnur no nos ayuda», explica Camara Sekou, un marfileño de 29 años erigido en portavoz de una veintena de refugiados de esta nacionalidad que ayer martes reclamaba financiación para sus proyectos de pequeñas empresas.
Había una discreta presencia policial, pero los refugiados saben que en Marruecos no son precisamente bienvenidos. La noche del 24 al 25 de mayo la Policía evacuó a una treintena, que fueron abandonados a las afueras de la capital después de recibir una severa paliza.

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