viernes, marzo 09, 2007

Xavier Navaza, Y llegó el coronel y mandó parar

sabado 10 de marzo de 2007
POR XAVIER NAVAZA
corresponsal en galicia
Y llegó el coronel y mandó a parar
Desde el mismo momento en que Paco González Viñas confesó urbi et orbi que se llevaba la mar de bien con la comisaria de Competencia de la Unión (Neelie Kroes) y a partir un piñón con su broker particular, Philip Lowe, intuimos que la batalla de Navantia había finalizado incluso antes de empezar. Y cuando el genio de Barreras añadió que Enrique Martínez Robles, presidente de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, señora de Navantia y de los golosos espacios vacíos de Perlío), era su amigo y compañero del alma, compañero, quedó meridianamente claro que el naval de Ferrolterra seguiría dormitando en su eterno spleen.
A partir de esa doble confesión -que no tiene nada de claudicación- cualquier intento de organizar la larga marcha de los operarios de los astilleros de Ferrolterra, estaba llamada al fracaso de antemano. Si González Viñas acepta las condiciones establecidas en Bruselas y Madrid, no habrá fuerza sindical en este planeta que le obligue ir contra corriente y enfrentarse a las esferas del poder político y económico del laberinto. A Barreras no le faltan horizontes para desplegar toda su capacidad creativa y obcecarse ahora en una lucha local, una derrota anunciada, no haría otra cosa que cerrar las mismas puertas y los mismos despachos en los que pasado mañana habrá de llamar a la busca de nuevas rutas en el planetario.
Éstas son, si así les parece, las reflexiones que esta semana se han hecho en la sala de banderas de la U, donde habitan quienes ordenan y mandan sobre la gran coalición del nacionalismo en nuestro país. Es decir, lo contrario de cuanto se sostenía a finales de febrero, cuando Francisco Rodríguez incluso creía que era posible devolver a los astilleros del Norte el viejo y penetrante aroma de la lucha sindical: "Vuelven las manis", se dijo aquí, recogiendo el eco de los gritos y susurros que nos llegaban del sanedrín. Pues vaya, parece que va a ser que no.
Ayer, Rodríguez descartó cualquier movida obrera en la antañona ciudad departamental para defender un bastión imposible. La puesta en escena del coronel ante los chicos de la prensa fue todo un amago: entre silencios e insinuaciones y exhibiendo papeles con vocación de armas de destrucción masiva, don Paco aprovechó para poner como chupa de dómine a la señora Kroes, a Martínez Robles y, de paso, al premier galaico Emilio Pérez Touriño. Lo que más ha sorprendido al respetable es el largo, largo aplazamiento que el secretario general de la Upegá y diputado en el Congreso ha establecido para "volver al ataque". Será, dijo, después de las elecciones generales que habrán de celebrarse en la primavera de 2008. En esta prórroga, que tiene toda la traza de ser definitiva, se esconde la división de las centrales sindicales en torno al futuro. Y si a eso le añaden la crisis que la Intersindical atraviesa, debido, entre otras cosas, a la progresiva pérdida de influencia de los coroneles en sus actividades... comprenderán que a Rodríguez no le molaba nada la posibilidad de manifestarse en solitario por las calles de Ferrol.
Y AHORA BADAJOZ
¿Menos mal que nos queda Portugal?
La Junta de Extremadura lamentó ayer que la Xunta de Galicia no haya felicitado al Gobierno de Mérida, tras la elección de Badajoz como sede del secretariado técnico de la UE para la cooperación transfronteriza entre España y Portugal: "Los gallegos tienen que ir acostumbrándose a saber que en la frontera hay un nuevo actor, como mínimo tan importante, tan presente, con tanta experiencia y con tanta densidad como la que pueda representar Galicia". Vigo ha quedado en off side .

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