jueves, marzo 08, 2007

Xavier Gurrutxaga, Intolerable

viernes 9 de marzo de 2007
Intolerable
XABIER GURRUTXAGA

Resulta intolerable e inaceptable la bronca que montaron los senadores del PP en la sesión de control del miércoles, cuyo objetivo era tratar de impedir al presidente que diera sus explicaciones en el 'caso De Juana'. Buscaban sobre todo silenciar a Zapatero para que éste no situara el debate en lo que hizo en su día el PP en materia de política penitenciaria. Es decir, la bronca estaba prevista, con premeditación y su finalidad era impedir que el presidente pudiese liderar la respuesta a la brutal ofensiva que han lanzado Rajoy y su partido.Punto éste en el que los ciudadanos que no comparten las posiciones de los populares se han visto indefensos o con insuficiencia de argumentos, desde que el ministro Rubalcaba explicara las razones legales, humanitarias y de inteligencia política. Dada la singularidad y el curriculum sanguinario del recluso, para muchos de estos ciudadanos el Gobierno se había quedado muy corto en sus explicaciones y, además de las razones humanitarias y sobre la legalidad de la medida, necesitaban saber las bondades políticas que en materia de pacificación pudiera tener la decisión del Gobierno. En otras palabras, se ha echado de menos el discurso más elaborado que diera cuerpo a las razones basadas en la inteligencia o en la bondad política. Más allá de las formas utilizadas en la bronca parlamentaria y de la falta de respeto que mostraron muchos de los senadores del PP hacia el presidente del Gobierno, políticamente resulta inadmisible y rechazable la actitud y la estrategia que han fijado los populares en todo lo relativo a lucha contra el terrorismo de ETA. Desde un punto de vista democrático resulta preocupante que el primer partido de la oposición haya tomado de manera irreversible la decisión de convertir la cuestión del terrorismo de ETA en el elemento nuclear de su enfrentamiento radical y sin límites con el Gobierno. El PP hace tiempo que decidió resolver y extinguir el compromiso que le vinculaba al PSOE en materia de terrorismo y que quedó expresado en el llamado Pacto Antiterrorista, donde expresamente ambos partidos manifiestan su voluntad y compromiso de «eliminar del ámbito de la legítima confrontación política o electoral entre nuestros dos partidos las políticas para acabar con el terrorismo». Fue la formación popular quien construyó y dio por buena la teoría de la conspiración en el atentado del 11-M, teoría por la cual ETA habría efectuado las labores del 'autor intelectual' del atentado, con la finalidad, pactada con el PSOE, de desalojar al PP de las instancias de poder en España. Han sido los portavoces de este partido quienes vieron en el proceso de diálogo con ETA la contrapartida impuesta por la organización terrorista por su participación en las circunstancias que coadyuvaron al triunfo electoral de Zapatero en las elecciones. Es obvio que el PP decidió hace tiempo que el Pacto Antiterrorista sólo le interesó mientras estuvo en el Gobierno, pues ello le garantizaba que cuando menos en ese tema no existiera oposición. Tiene razón Zapatero cuando afirma que «no es la primera vez que un Gobierno cede al chantaje de ETA, sino la primera vez que un partido democrático se atreve a decir que un Gobierno ha cedido al chantaje de ETA». Y es que no todo vale en democracia.x.gurrutxaga@diario-elcorreo.com

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