domingo, marzo 04, 2007

Solo el PP ecucha la indignacion de las victimas y de la calle

Sólo el PP escucha la indignación de las víctimas y de la calle
Elsemanaldigital.com

5 de marzo de 2007. El pasado fin de semana el país entero se ha convertido en un clamor de indignación. Las primeras encuestas señalan que la liberación de hecho del asesino etarra Iñaki De Juana Chaos no cuenta con la aprobación mayoritaria de los votantes de ninguno de los dos grandes partidos. Pero el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no ha necesitado ninguna encuesta para averiguarlo, porque a las manifestaciones espontáneas de repulsa que conmovieron España el viernes 2 de marzo se han ido sumando opiniones y análisis cualificados de todo tipo. Esta decisión sólo se puede entender como parte de una política de acercamiento a ETA, y esa política no gusta a los ciudadanos.Ahora bien, si el PSOE y el Gobierno se han quedado solos en las calles están generosamente acompañados en las instituciones. Todos los partidos parlamentarios, salvo los populares, aplaudieron el traslado del preso etarra y apoyan "por razones humanitarias" su salida de la cárcel. Insistimos, la política de Zapatero tiene el apoyo de todos, salvo el del Partido Popular.El PP de Mariano Rajoy se ha quedado, una vez más, solo, cosa que no deja de reprocharle el PSOE a través de su secretario de organización José Blanco. La soledad no es argumento de veracidad ni de justicia, sin embargo, y además el PP, a falta del apoyo del Gobierno, tiene otros altamente cualificados. Las víctimas del terrorismo, incluyendo las familias de los veinticinco asesinados por De Juana, los enemigos de ETA, los detractores del "proceso de paz", los defensores del Estado de Derecho: una mayoría de españoles se reconoce ya en principios a los que el Gobierno da la espalda y que sólo el PP sostiene. Esa soledad, en democracia, es grata puesto que defiende principios morales y de decencia democrática.La política del Gobierno no ofrece demasiadas dudas: se trata de lograr un rédito político para el PSOE de una progresiva legalización de todo lo que ETA representa. El PSOE, desde el traslado de De Juana, se ha abstenido casi por competo de defender su propia posición y se ha dedicado a denigrar al Partido Popular y a los adversarios de ETA en la sociedad civil. En palabras de Rajoy, "como no pueden decir que es una decisión justa, porque no lo es; ni una decisión ética, porque no lo es; ni una decisión digna, porque no lo es, le han dicho a los españoles que ésta es una decisión inteligente. Eso es burlarse de la gente.Lo que ha indignado a los ciudadanos y ha dejado solo al centroderecha es un acontecimiento excepcional en nuestro país, ya que "es la primera vez en más de treinta años que un Gobierno de España acepta la amenaza y el chantaje de una organización terrorista". Y además no se plantea como suceso aislado sino como anticipo de una política completa que parece de cesión ante el terror.El PP, tan solo como se quiera, no sólo se opone a esta política del Gobierno, sino que se ofrece como alternativa con "moderación y con responsabilidad" a esta deriva socialista y nacionalista. La única oposición y la única alternativa, a la que en democracia el Gobierno de España no puede regatear el derecho a manifestar su descontento como le venga en gana y a expresarlo junto a los ciudadanos dentro de lo previsto por las leyes. Por primera vez esta legislatura el PP ha anunciado que convocará a los españoles para que con Rajoy como alternativa sepan que "esto tiene salida, que las cosas se pueden hacer de otra forma y que el PP está dispuesto a ello, que no se va a ceder al chantaje de ninguna organización terrorista, que no se va a pagar ningún precio político, que se les va a explicar a los ciudadanos la verdad y que no se les va a ocultar información, y que la batalla a los terroristas se les gana seguro, porque es imposible que una nación como España, con más de 500 años de historia y 44 millones de españoles, pueda ser derrotada por una banda terrorista" .Es comprensible que el PSOE esté inquieto por las consecuencias sociales y electorales de su decisión política. Pero no es admisible que se critique al PP por rechazar esa decisión y las que se anuncian. En el Parlamento, en los medios de comunicación libres y en las calles de España, Zapatero tendrá que escuchar los reproches y advertencias de esa mayoría que ha dejado de ser silenciosa.

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