miércoles, marzo 21, 2007

Pio Moa, No permita que la protejan, señora

No permita que la protejan, señora
21 de Marzo de 2007 - 10:06:13 - Pío Moa
Mire usted, señora, la ley de la igualdad ataca la igualdad ante la ley, del mismo modo que el proceso de paz con la ETA ataca la paz ciudadana. No se deje usted despistar por el lenguaje perverso de los demagogos. En una sociedad libre no existen, desde el punto de vista político, hombres y mujeres, como no existen viejos y jóvenes, o empresarios y obreros, rubios o morenos. Existen ciudadanos, es decir, personas iguales ante la ley. Dentro de eso, las personas tienen infinidad de opciones vitales y particulares que no son ni deben ser asunto de los políticos. Muchas mujeres no tienen interés en la vida laboral o en subir en las empresas, y lo tienen en el cuidado del hogar y la educación de los hijos. A otras mujeres, en cambio, les gusta ante todo la vida profesional. Eso es asunto exclusivo de cada una, no un problema político; pero los políticos parecen haberse puesto de acuerdo en reducir a las primeras, moral y socialmente, a la situación de parias. Naturalmente, toda elección tiene un beneficio y un coste, y así un ama de casa difícilmente podría dirigir una empresa, del igual modo que la que dirige una empresa habrá de renunciar a gran parte de la vida de hogar, incluso prescindir de ella. Dentro de esos extremos hay una gran variedad de situaciones y decisiones que pertenecen estrictamente al ámbito personal y familiar.
No permita que los políticos se introduzcan y mangoneen en esos ámbitos so pretexto de protegerla o de defender sus intereses. No olvide en ningún momento que los políticos no tienen por qué ser necesariamente corruptos, pero lo son con demasiada frecuencia; no tienen por qué ser ignorantes, pero lo son muy a menudo; los canallas no escasean entre ellos; y los partidos tienden a convertirse en mafias si no se ejerce sobre ellos una vigilancia permanente. A cambio de su protección usted pierde libertad, y la libertad política se ha ido conquistando en las democracias precisamente a base de restringir el poder de los políticos, su inclinación a meterse donde nadie les llama, a invadir la vida particular de los ciudadanos.
Hemos tenido la experiencia de los partidos que se proclamaban “obreros”, protectores de los obreros y “defensores de sus intereses”. Esos partidos han despojado a los obreros, como a los demás, de sus derechos allí donde se han impuesto. El coste de su protección es siempre una pérdida de libertad.
(Ayer oí a una señora del PP argumentar que su partido había perdido muchos votos por no haber apoyado la ley de la igualdad propuesta por la cuadrilla del “proceso de paz”. El argumento, la tontería de siempre: las mujeres son la mitad de la sociedad, etc. El igualitarismo a lo Bigopardo. También los trabajadores manuales son un alto porcentaje de la sociedad: ¿por qué no se impone por ley que los ministros y diputados sean trabajadores manuales en la misma proporción? ¿O en la dirección de las empresas? Asimismo los jóvenes entre dieciocho y veintidós años son una porción significativa: ¿por qué no hay ministros de dieciocho años? Es la demagogia más estúpida, a ese nivel estamos. Pero cala en mucha gente, porque no se la pone en evidencia)
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El caso Otegui: La pandilla del Niñato ha convertido el asesinato en una forma privilegiada y premiada de hacer política. Naturalmente, ello implica la burla y el pisoteamiento de la ley. Lo cual destruye los fundamentos mismos de la convivencia en paz y en libertad y aboca a la sociedad a la violencia o a la disolución. O se termina poniendo fuera de la ley a la pandilla, o ella pondrá fuera de la ley a la democracia. ¿Lo comprende el PP, o quiere formar parte del mismo proceso ejerciendo de "oposición" inefectiva y complaciente?
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Para los aficionados a la historia: hoy, miércoles, a las 19,30 horas, en la Asociación de Amigos de los Castillos, Bárbara de Braganza 8, 1º izda, conferencia del Dr. Carlos Pla "El Reformismo y la Restauración: el primer Azaña"
Mañana, jueves, a las 19,30, en la Sociedad El Sitio, de Bilbao, conferencia sobre "La nación falsificada", de Jesús Lainz, por el autor. Presentan Ernesto Ladrón de Guevara y María Dolores Azpiazu.

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