viernes 2 de marzo de 2007
PILAR CERNUDA
crónica política
Una decisión personal
El ministro del Interior ha insistido en que el segundo grado a De Juana Chaos es una "decisión personal", lo que le honra, sabe Rubalcaba que se trata de una decisión que va a provocar no solo polémica política sino que hará sangrar infinidad de heridas. El ministro no solo ha presentado argumentos jurídicos y legales que amparan esa medida, sino que ha recordado que De Juana está en prisión actualmente por un delito relacionado con amenazas, ya cumplió la condena por los veinticinco asesinatos cometidos. Aún así indigna, duele, entristece.
Efectivamente De Juana ha cumplido su condena por asesinato, aunque el juez Grande Marlaska encontró fórmulas para evitar que se fuera a la calle después de solo dieciocho años en prisión, lo que demostraría que matar en España es barato; Grande buscó resquicios legales para evitar lo que a todas luces sería un insulto a sus víctimas. No se trata de un terrorista arrepentido. Estamos ante un terrorista en estado puro. Se puso en huelga para intentar que se le pusiera en libertad, y está a punto de conseguirlo. Rubalcaba habla de decisión personal, y repetimos que le honra, pero al menos la abajo firmante no puede respaldar esa decisión. Ni por razones políticas ni por razones humanitarias.
Las humanitarias: De Juana se encuentra en una situación grave porque él lo ha querido. Existía riesgo de muerte, pero aún así el Estado no debe ceder ante quien le chantajea.
En cuanto a las razones políticas para rechazar la decisión del Gobierno, la más importante es que se acaba de dar a ETA un triunfo histórico. Y lo veremos de forma inmediata, sus portavoces la presentarán como un éxito de su presión al Gobierno, incluso aunque se haya pactado con los negociadores habituales que moderen sus declaraciones y no echen las campanas al vuelo, que todo puede ser. Por otra parte, el segundo grado a De Juana abre un precedente de consecuencias imprevisibles, porque su excarcelación puede provocar que otros presos se pongan en huelga. Y por último, una vez más se abre la puerta a las dudas que nos invaden desde hace un año: ¿Qué se negocia con ETA?, es la primera. ¿Podemos estar seguros de que no se cede ante la banda?, sería la segunda. Pero quedan muchas más.
Qué pena.
viernes, marzo 02, 2007
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